México no tiene obligación para grasas trans
La industria alimenticia comenzó a usar grasas transgénicas (trans) o también conocidas como artificiales desde la dñécada de los 50. Esto, para producir alimentos procesados como margarinas, galletas, dulces, bizcochos y alimentos fritos y horneados con el fin de mejorar su sabor y el tiempo de duración de los productos envasados.
Para 1990, el problema, afirman especialistas de la salud, fue que este tipo de grasas hidrogenadas aumentaba la presencia de “colesterol malo” en la sangre, incrementando el riesgo en enfermedades del corazón.
Ante esta presión, la Agencia Norteamericana del Medicamento y Alimentación (FDA), por sus siglas en inglés, anunció la semana pasada, acabar con el uso de aceites parcialmente hidrogenados (PHOs), principal fuente artificial de grasas trans (transgénicas) en alimentos procesados.
El objetivo es prevenir 20 mil ataques al corazón y siete mil muertes a causa de enfermedades del corazón cada año, con lo que esta pedida puede suponer "un paso crítico en la protección de la salud de los estadounidenses".
Aldonza Aguirre, especialista en Química de Alimentos de la Universidad La Salle, relató que la historia de las grasas transgénicas comenzó en la década de los 60’s, cuando en Estados Unidos se dispararon los casos de enfermedades coronarias y cardiovasculares, debido a que la población consume demasiado grasas saturadas en su dieta diaria.
¿Pero qué son? Las grasas trans son producto de un procedimiento químico llamado hidrogenación, que consiste en agregar hidrógeno a los aceites vegetales, para volverlos sólidos a temperatura ambiente.
La finalidad de este procedimiento es obtener grasas vegetales sólidas como margarina y la manteca vegetal, que dan frescura y mejor textura a los alimentos industrializados; además, la hidrogenación hace que estas grasas sean menos susceptibles a la oxidación; dicho en otras palabras, no se vuelvan rancias, lo que amplía la estabilidad del sabor y la fecha de caducidad de estos productos.
Y en México…
¡En pañales! Así es como calificó el secretario de Secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, Enrique Martínez y Martínez, la política que hoy persiste sobre los alimentos que contienen grasas transgénicas.
Comentó que pese a que hay otros países que ya han tomado medidas restrictivas, como Estados Unidos, “en el país no existe ninguna ley que obligue a las empresas informar en sus etiquetas si sus productos alimenticios contienen grasas trans”.
Por lo que urge regular este tema, ya que hoy en día los consumidores no tienen derecho a decidir cuáles productos quieren o no comprar y ante la falta de información se hace poco eficiente el mecanismo para vigilar las enfermedades que se desarrollan a partir del consumo de transgénico.
Aldonza Aguirre, especialista en Química de Alimentos de la Universidad La Salle, indicó que el asunto más importante es que ante estas carencias hay una nula posibilidad de denunciar a las empresas que producen daños a la salud humana y el medio ambiente.
Agregó que el gobierno mexicano, en especial las autoridades de salud, ha manifestado “buenas intenciones” al pedir a las empresas mayor información de sus productos en su etiquetado.
Pero no se habla más del tema, debido a que en la República mexicana no se ha puesto sobre la mesa una política de manipulación de alimentos con grasas transgénicas, mientras que Estados Unidos ya puso un pie adelante al anunciar (hace seis días) su intención de reducir aún más la ingesta de grasas por parte de la población, mediante la eliminación paulatina de las grasas transgénicas artificiales de alimentos procesados.