Las matemáticas ¿un ‘coco’ para la ingeniería?
Nota del Editor: El artículo completo lo puedes consultar en la edición 256 de la revista Manufactura, Especial Promesas de la Ingeniería mexicana, correspondiente a abril de 2017.
Las alertas volvieron a prenderse en diciembre de 2016. Ese día, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) divulgó los resultados de la encuesta internacional PISA, que examina la formación de estudiantes de 15 años en lectura, ciencias y matemáticas.
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Las noticias para México en el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés) no fueron positivas.
Específicamente en matemáticas, la radiografía nacional evidenció que uno de cada cuatro alumnos podía realizar operaciones aritméticas de vez en cuando, pero que tenía problemas con situaciones básicas como comparar la distancia total entre dos rutas o convertir precios a una moneda diferente.
Los resultados pusieron sobre la mesa el debate acerca de si el bajo rendimiento en ciencias exactas de los estudiantes de 15 años afectará en la formación de ingenieros especializados a largo plazo.
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“Esta situación no es nueva”, dice Raúl Vera Noguez, director de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).
“Ahora se hace notoria porque se realizan evaluaciones como la prueba PISA, pero problemas en la formación de ciencias y matemáticas los hemos tenido históricamente”, añade.
Carlos Agustín Escalante, director de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), indica que si bien es cierto que este desempeño es una limitante inicial, muchas de las deficiencias se subsanan en los dos niveles consecutivos: bachillerato y educación superior.
Una de las principales características de las carreras de ingeniería es que en los primeros semestres los alumnos tienen una fuerte vinculación con las matemáticas.
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“Desafortunadamente eso también nos lleva a tener altos niveles de deserción porque va ligada una cosa con otra: si subimos el nivel de exigencia algunos se quedan en el camino”, detalla Vera Noguez.
Dicha situación ha obligado a las escuelas de ingeniería a impulsar la formación académica, con la incorporación de nuevas tecnologías, cursos de preparación para el examen de admisión para fortalecer el desempeño matemático y cursos de nivelación.
Sin embargo, Marco Fernández, profesor de la Escuela de Gobierno del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) e investigador del centro de análisis de políticas públicas México Evalúa, recomienda subsanar en la educación básica las deficiencias que detectan evaluaciones como la prueba PISA, con el propósito de que en el largo plazo el bajo rendimiento en matemáticas no influya en la posibilidad de que los ingenieros mexicanos participen en esquemas de mayor valor agregado en las cadenas productivas.
