La firma del T-MEC está cerca y los aranceles al acero siguen vigentes
A dos semanas de la firma oficial del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), los aranceles impuestos por el Gobierno norteamericano de 25% a las importaciones de acero siguen vigentes, sin que de momento existan visos de que serán retirados en breve, pese a las gestiones de representantes mexicanos y canadienses.
Leer: Se quejan en Canadá: EU quiere hacer cambios al texto final del T-MEC
Ante este panorama, el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC) propone al Gobierno mexicano que imponga “medidas espejo” —aranceles igualmente de 25% a los productos de acero norteamericano—, en aras de compensar el comercio regional de este tipo de bienes y en apoyo de la industria siderúrgica nacional.
En un reporte, el IDIC recuerda que las sanciones aplicadas en su momento por la Secretaría de Economía para responder a las disposiciones del gobierno estadounidense, consistieron en gravámenes sobre productos como quesos, manzanas, piernas y paletas de cerdo, arándanos, embutidos y whiskey, entre otros, los cuales no han servido para persuadir a la administración del presidente norteamericano Donald Trump.
Cuando México y otros países, que también resultaron afectados por los aranceles de 25% al acero, respondieron con sanciones económicas, el Gobierno de Estados Unidos anunció subsidios de 12,000 millones de dólares (mdd) para su sector agrícola, con la intención de apoyar a los productores que iban a quedar implicados en los nuevos gravámenes.
Leer: EU pretende establecer cuotas en lugar de aranceles al acero y al aluminio
Así, la tímida contestación mexicana quedó neutralizada, refiere el IDIC.
En el primer semestre de este año, Estados Unidos determinó establecer aranceles de 25% a sus importaciones de acero y de 10% a las compras de productos de aluminio extranjero, con base en la medida 232 de las leyes de ese país, que aluden a la defensa de la seguridad nacional.
Hay argumentos, lo que falta es actuar
En su documento, el grupo de análisis refiere no obstante que la balanza comercial de México con Estados Unidos en materia de acero se inclina a favor del segundo país, lo que desmiente el argumento de que el acero mexicano atenta contra la seguridad de Estados Unidos.
Leer: Máximo Vedoya, de Ternium México, es el nuevo presidente de Alacero
Solamente en 2017, México realizó importaciones de bienes por un valor de 4,585 millones de dólares (mdd), correspondientes al renglón de fundición de hiero y acero procedentes de Estados Unidos. Dicha cifra representó un monto de 28.4% del total de las exportaciones estadounidenses de ese tipo de productos.
En cambio, ese mismo año, Estados Unidos hizo importaciones con valor de 28,817 mdd de productos de acero, de los cuales 1,781 mdd correspondieron a bienes manufacturados en México. Esta última cifra deja ver que solo 6% del acero que compró Estados Unidos del extranjero provino de México.
Derivado de lo anterior, el año pasado México reportó una balanza comercial deficitaria con Estados Unidos en materia de comercio del acero, por un valor de 2,415.9 mdd.
Leer: EU puede retirar los aranceles al acero antes de la firma del T-MEC
El IDIC refiere que, a pesar de tener al alcance estos datos, la defensa de México no ha apelado a su derecho para aplicar disposiciones completamente recíprocas.
Un argumento para declinar esta estrategia puede consistir en el encarecimiento que pueden tener los productos de acero importados de Estados Unidos y que a su vez elevarán los costos de producción del sector industrial nacional.
Sin embargo, el Instituto refiere en su documento que la eventual aplicación de aranceles de 25% al acero norteamericano pudiera tener un efecto limitado, ya que la mitad de dichas compras las realizan empresas establecidas en México, que a su vez transforman el acero como materia prima para exportarlo después a Estados Unidos como producto terminado.
Leer: México logró detener 5 millones de toneladas de acero a precios dumping
Consecuentemente, “el impacto en la economía mexicana es marginal” y de ahí la importancia de apoyar a la industria siderúrgica de México con aranceles al acero norteamericano, insiste el IDIC.
El análisis refiere que la próxima firma del T-MEC, USMCA por sus siglas en inglés, no puede implicar el sacrificio de un sector productivo en particular, lo cual resulta violatorio del marco legal mexicano. El nuevo T-MEC, que sustituirá al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), se firmará el próximo 30 de noviembre.
