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La llegada de Kia

lun 01 septiembre 2014 02:02 PM
Mauricio Kuri
Mauricio Kuri - (Foto: Especial)

Durante los últimos años, el decreto automotriz mexicano ha sido un factor de crecimiento en inversiones. Se observa un extraordinario equilibrio entre la relación con las economías abiertas que convienen al país y de distancia con las economías que son reacias a la apertura. Por eso es que el reciente anuncio de la llegada de una inversión coreana a México pueda valorarse como una señal positiva de que están haciéndose las cosas correctas en cuestión de atracción de inversiones.

Corea es un país en franco crecimiento. Sin embargo, en lo que a vehículos ligeros se refiere, los coreanos son grandes consumidores de sus productos nacionales, con más de 90% compra de los vehículos ahí manufacturados. Así, resulta difícil pensar que una apertura comercial con aquel país pudiera generar un balance comercial positivo para México.

De haber un tratado comercial abierto con ese país, se tendría un alto consumo de sus productos sin reciprocidad; de esta forma, el decreto motiva que para que ellos puedan aumentar el volumen de productos coreanos a la venta en México, las empresas deban invertir en nuestro país.

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El decreto señala que todos los vehículos procedentes de un origen con el que no tengamos un tratado de libre comercio deberán pagar 20% de arancel, a menos de que exista una inversión que represente a estas compañías en el país; de esta forma, desde el momento que anuncien una inversión de al menos 100 millones de dólares y una producción de al menos 50,000 unidades podrán ingresar desde la colocación de la primera piedra de su planta,  hasta 5,000 unidades al año libres de arancel.

Posteriormente, cuando inicie la producción, la empresa tendrá acceso hasta 10% de su producción en unidades libres de arancel, lo que implica que si KIA producirá 300,000 vehículos al año, la Secretaría de Economía le otorgaría en este momento un cupo de importación libre de arancel de hasta 30,000 vehículos.

Lo anterior no es cosa menor, ya que el mercado interno sigue estancado, lo que implicará que el crecimiento de las ventas de Hyundai-KIA en nuestro país adelgazará la participación de mercado de otros competidores, y seguramente reconfigurará el pastel de participación de grandes compañías que tradicionalmente han sido actores destacados en nuestro país, ya que no solamente Hyundai-KIA tienen productos muy atractivos a buen precio, sino que cuentan con altos estándares de calidad, respaldada por garantías de hasta cinco años, que son mucho mas amplias que las del resto de sus competidores en marcas de volumen.

Con esto se consolida por un lado una sólida y constante política de incremento en la capacidad instalada con un solo objetivo: aumentar las exportaciones, lo que debe cambiar. Hoy, el gobierno federal debe voltear hacia el mercado interno, procurar un crecimiento del mercado local basado en el respeto a la ley. La certidumbre para hacer negocios no puede estar basada únicamente en brindar una amplia red de mercados externos para exportar, eso nos vuelve débiles y dependientes de lo que pasa en el extranjero. Si de verdad queremos crecer como país, debemos fortalecer el mercado interno con estricto apego a la legalidad... y en esto falta mucho por hacer.

Los jueces brindan amparos a importaciones que dañan la economía, no solamente en el sector automotriz sino en muchos otros sectores que de esta forma están teniendo acceso a mercancías que deberían pagar aranceles y eso sin contar el contrabando rampante, o en el caso de vehículos usados ni siquiera debería darse acceso, los empleos generados por la undustria formal versus los importadores de usados es radicalmente opuesta.

La industria formal es más importante en términos de derrama e impuestos, mientras que los importadores de usados benefician a grupos y personas muy focalizadas sin beneficiar en nada a la economía.

Se trata de competencia desleal, promovida desde el poder judicial y avalada por el Gobierno Federal. Resulta sumamente nociva, por lo que desde aquí hacemos un llamado de atención para que de una vez por todas se tome una acción contundente para que se regulen las ventas de vehículos usados en beneficio del consumidor que sufre un grave engaño al comprar esa basura rodante.

Si el gobierno se compromete a usar a la PROFECO en los lotes y tianguis donde se vende esta basura, estoy seguro que se desmotivará a los comercializadores que se burlan de los consumidores a sus anchas. Si se quieren tener resultados distintos se requieren acciones contundentes, con disposición política. Que de una vez por todas  se dejen de esconder atrás del tema de los amparos y hagan lo correcto.

 

*Mauricio Kuri es director ejecutivo de Fondo Unido México, catedrático de RR.PP y Comunicación Estratégica del ITESM y especialista en la industria automotriz.

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