Armadoras piden incentivo fiscal para desarrollo
La Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), que agrupa a 18 armadoras de vehículos, cabildea con la Cámara de Diputados un incentivo fiscal para deducir 30% de las inversiones que las empresas hagan en actividades de investigación y desarrollo en el país.
Para lograrlo, la asociación creó un comité, el Grupo Nacional de Instituciones Académicas y de Investigación para la Industria Automotriz, donde participan las secretarías de Hacienda y Economía, Proméxico y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Eduardo Solís, presidente ejecutivo de la AMIA, dijo que este incentivo ya existía en el país, y permitía a las empresas deducir hasta 30% de la inversión realizada en investigación y desarrollo, del Impuesto Sobre la Renta (ISR). Pero en 2008, el gobierno lo canceló.
Nota: 5 retos para la industria automotriz
"Queremos que la Cámara de Diputados lleve nuevamente esta discusión a la mesa para que este incentivo regrese en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) de 2017", dijo Solís en conferencia de prensa.
Actualmente, en el país hay siete centros de ingeniería y diseño de OEMs (Original Equipment Manufacturing), dos de GM y dos de Nissan; en tanto Ford, Chrysler y Volkswagen (VW) tienen uno cada una. También algunos proveedores, como Delphi, Continental, Boch y Metalsa tienen este tipo de infraestructura en México.
Poco a poco las corporaciones trasladaron determinadas fases de desarrollo tecnológico desde sus casas matrices a estos centros; pero "queremos que profundicen la investigación que están haciendo", dijo Ricardo Apaez, directivo del Clúster Automotriz de Nuevo León y director del MAIN Forum (Mexico Automotive Innovation Network).
Nota: 3 principales tendencias del sector automotor hacia 2025
"Tenemos que impulsar este tipo de inversiones para que la industria automotriz no sólo llegue a México por mano de obra barata o por incentivos, sino por la innovación que puedan desarrollar en el país", añadió Apaez.
El único incentivo disponible en el país para financiar este tipo de actividades en México son los fondos Conacyt, y la industria automotriz ya los aprovecha. "Somos el usuario más fuerte de fondos federales de Conacyt", dijo Solís.
Pero no es suficiente, "por cada proyecto de este tipo que llega al país, dejamos ir otro por falta de incentivos, finalmente las inversiones se van a donde hay incentivos", añadió el líder gremial.
México ya es una plataforma atractiva para ensamblar vehículos: en los últimos cinco años, 11 armadoras inyectaron al país más de 25,000 millones de dólares (mdd) para abrir nuevas plantas o para ampliar sus operaciones existentes.
"Ahora es el momento de dar el siguiente paso, hacia actividades de investigación y desarrollo", dijo Solís.
Realizar este tipo de actividades en el país, según los directivos, es más competitivo que en Estados Unidos o Europa, donde la edad promedio de los investigadores y los sueldos son mayores.
La hora-hombre de un ingeniero en México sale a una tercera parte de lo que cuesta en Chicago o Detroit, según datos del Parque de Investigación e Innovación Tecnológica (PIIT), que alberga los centros de ingeniería de empresas del ramo, como Navistar, John Deere, Sisamexy Metalsa.
Además, la edad promedio en un centro de ingeniería en México es de 27 años, mientras que en Estados Unidos o Europa es de 55 años.