Oportunidades en tierras raras
La faceta minera que fundó la riqueza del Bajío es una veta que no se ha extinguido. Hoy, constituye una oportunidad de negocio. Al menos en la universidad potosina ya se estudian las posibilidades. Investigadores mexicanos y franceses desarrollan actividades de exploración para hallar yacimientos de elementos de tierras raras, es decir, un grupo de metales con altas propiedades eléctricas, magnéticas y electrónicas vitales para la sustentabilidad energética.
José Luis Mora López, especialista del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (Ipicyt), explicó en entrevista que la mayor parte del desarrollo tecnológico de las últimas décadas va en dirección del ahorro de energía y, por ello, los nuevos dispositivos electrónicos son cada vez más pequeños.
En ello radica el interés a nivel mundial y la importancia de emplear los elementos conocidos como tierras raras, que permiten desarrollar tecnologías innovadoras con imanes de alto rendimiento con un tamaño reducido.
Por ejemplo, detalló, pueden emplearse en las industrias automotriz, informática, electrónica y energías renovables. Se requieren para fabricar turbinas eólicas, pantallas LED, baterías de vehículos, dispositivos móviles, computadores, electroimanes y discos duros.
“Estos últimos fueron un gran avance tecnológico a finales del siglo pasado, porque los diseñaron en forma de películas delgadas de materiales magnéticos para tener densidades de almacenamiento mayores, en comparación con los dispositivos de hace 30 años”, expuso.
17 elementos clave
El experto reiteró que las tierras raras, como prometio, samario, europio, gadolinio y terbio, y que son parte de un grupo de 17 elementos químicos dentro de la tabla periódica, son materiales “estratégicos y muy codiciados” que pueden encontrarse por lo general en general en pequeñas cantidades y en varios lugares del planeta.
Reconoció que la extracción de tierras raras es demasiado costosa y son materiales muy demandados en varias industrias, por eso las principales compañías productoras los venden en cantidades pequeñas y caras, pues tan sólo un gramo, comparado con hierro o níquel, tiene un precio 20 o 30 veces superior.
Mora López dijo que China produce a nivel mundial aproximadamente 95% de minerales y aleaciones de esa familia de elementos, mientras que el resto está repartido en algunas minas de Sudáfrica, India, Rusia y Estados Unidos.
Datos de la Secretaría de Economía (SE) indican que la producción de tierras raras ascendió, en 2013, a 110,000 toneladas, de las cuales 91% fueron producidas en China.
“En México, principalmente en Tamaulipas, Oaxaca y algunas zonas de Sonora, ya han podido localizarse yacimientos con samario, gadolinio y europio, materiales utilizados en diferentes aplicaciones”, enfatizó.
El integrante del Seminario Permanente las Ciencias y las Tecnologías en México en el Siglo XXI, una iniciativa impulsada por El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), argumentó que lo anterior forma parte de la propuesta planteada desde hace algunos años para establecer un censo de los yacimientos en México.
De manera que para identificar las propiedades de esos materiales en el país, un grupo de al menos 20 investigadores del Instituto de Física de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí y del Departamento de Materiales Avanzados de Ipicyt exploran varios elementos y sus aleaciones a niveles teórico y experimental.
Materiales nanoestructurados
Ello para desarrollar materiales magnéticos nanoestructurados, es decir, aquellos que presentan dimensiones de una milésima de micra para almacenar cantidades mayores de información usando cantidades menores de energía, precisó el entrevistado.
Con esos materiales, enfatizó Morán López, podrían ahorrarse hasta 50% de energía y en otros casos sería mayor dependiendo el tipo y tamaño del dispositivo electrónico, en contraste con aquellos elaborados hace cinco años.
Sin embargo, dijo, México aún no produce ese tipo de materiales para dispositivos electrónicos y actualmente sólo importa de Estados Unidos o China cantidades muy pequeñas para emprender investigación básica.
El también vicepresidente de la Academia Mexicana de Ciencias resaltó que la colaboración más intensa de San Luis Potosí ha sido con expertos de la Universidad Louis Pasteur de Estrasburgo, Francia, y con quienes ya han podido publicar más de 30 reportes científicos relacionados con materiales magnéticos.
Mencionó que especialistas de Chile y Corea también han participado con México para tal fin y adelantó que investigadores potosinos ya planean reunirse con gente de Estrasburgo para hacer un balance del trabajo efectuado.
El investigador agregó que si bien China y México mantienen acuerdos binacionales para apoyo científico y tecnológico, aún no existe un convenio signado para tratar de hacer estudios de tierras raras pese a que el país asiático está interesado en llevarlos a cabo.