Pemex vuelve a la práctica de las adjudicaciones directas
CIUDAD DE MÉXICO.- Petróleos Mexicanos (Pemex) funge como el comprador más grande de México: tan solo para este año, la petrolera prevé gastar casi 273,300 millones de pesos (mdp), de los cerca de 700,000 mdp que erogará todo el Gobierno federal por concepto de compras públicas en 2019.
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“Pemex concentra la cartera de inversiones relacionada con grandes proyectos de mayor tamaño en México, la cual requiere una planeación detallada y exhaustiva de la contratación pública para mitigar el impacto del tamaño y la complejidad de esos proyectos”, explica en un documento la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
El organismo internacional realizó dos estudios acerca de las prácticas de compras de la petrolera en 2015 y 2017 y en la última revisión vio avances en cuanto a la transparencia.
En 2015, Pemex había adquirido a través de adjudicaciones directas y por invitación restringida entre 70% y 80% de sus compras y contrataciones públicas. Dos años después, le dio la vuelta a la estadística: las licitaciones habían supuesto 70% de sus compras y en 2018 buscaba llegar a 80%.
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Pero el nuevo Gobierno tiene prisa por implementar su plan de "rescate" de la compañía y por eso ha regresado a las licitaciones restringidas y las adjudicaciones directas, más eficientes y rápidas, pero menos transparentes.
¿Prácticas corporativas avanzadas?
Octavio Romero Oropeza, director general de Pemex, se ha estrenado con una serie de contratos a través de invitaciones restringidas, con valor de cerca de 1,640 millones de dólares (mdd). Su destino es el desarrollo de una serie de pozos con los que las autoridades esperan impulsar la producción petrolera de la compañía.
Este hecho ha provocado críticas entre los expertos del sector. “Su volumen de compras es tal que requiere de prácticas corporativas avanzadas y una primera práctica corporativa es la transparencia. Tendrías que ser capaz de explicarle al público por qué cierto contrato a alguna empresa y no debe quedar ninguna sombra de sospecha del procedimiento”, dice Rodrigo Morales Elcoro, exregulador antimonopolios.
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“Las invitaciones restringidas o adjudicaciones directas se pueden justificar con proyectos pequeños, en los que hacer una licitación no resulta viable económicamente. Pero si estás hablando de la construcción de una infraestructura con miles de millones de dólares, es evidente que la licitación es el mecanismo adecuado”, añadió Morales Elcoro.
Pemex también prepara una invitación restringida para adjudicar el pilar de su plan para alcanzar la llamada "soberanía energética": la refinería de Dos Bocas, cuyo costo se estima en más de 8,000 mdd.
