Alcohol + Bebidas energetizantes: Paro cardiaco
La entrada de las llamadas “bebidas energizantes” al mercado mexicano ha generado cambios en los patrones de vida de los jóvenes, al colocarse como alternativa para superar la presión y ser parte de la fiesta.
Pero su consumo excesivo y el combinarse con alcohol, dentro de la nueva oferta de cócteles como “la perla negra” incrementa los riesgos de presentar problemas cardíacos y de accidentes, describen especialistas del Instituto Tecnológico y Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).
Gabriel Zaldívar, director del Departamento de Mercadotecnia y Negocios Internacionales del Tecnológico campus Estado de México, explicó que los jóvenes comenzaron a consumir estos productos como una solución para aguantar la presión de la escuela o trabajo.
Su aceptación fue tan rápida, que se colocaron como una “necesidad para dar el levantón”.
A principios de esta década, las bebidas energizantes, ya no eran solo para aguantar el día y se volvieron parte de la fiesta y están de moda al combinarse con alcohol.
“La idea detrás de su consumo para los jóvenes es permanecer en un estado arriba, de excitación o en una hiperactividad de ficción”, aseguró el investigador.
Lo que los jóvenes no advierten, aclaró, es que una vez terminado el efecto de aceleración del metabolismo, se pueden generar problemas cardiacos, variación de presión y situaciones más graves.
José Luis Poo, investigador clínico del Parque Tecnológico de Ciencias para la Vida del ITESM, describe que si bien el consumo de estas bebidas es ancestral, como el caso del té y el café; el riesgo de los nuevos productos está en su alta concentración de taurina y cafeína, y consumo excesivo, que se agrava al combinarse con alcohol.
“En las personas que no están acostumbradas pueden generar problemas de arritmia cardiaca”, destacó.
En la capital del país, ya se tienen registrados algunos casos de jóvenes hospitalizados por estimulación intensa del aparato cardiovascular, comentó.
En la Universidad de Victoria, en Canadá, se realizó un estudio con 500 jóvenes de entre 18 y 23 años, para analizar los efectos de mezclar estas bebidas con alcohol y se encontró que la combinación duplica los riesgos de salud y situaciones de violencia, como accidentes.