CCE propone 'gasolinazos' en vez de impuesto al carbono

El impuesto al carbono que propone el Ejecutivo Federal en la reforma hacendaria generaría un incremento de 4% en las tarifas eléctricas para la planta productiva del país, por lo que Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), dio como contrapropuesta incrementar el desliz en el precio de las gasolinas y los impuestos al diésel.

Durante su participación en la inauguración de la cumbre  de Negocios Verdes que organiza el Instituto global para la sostenibilidad del Tecnológico de Monterrey, Gutiérrez Candiani dijo que esta sería una manera de obtener recursos fiscales sin impactar la planta productiva.

En la propuesta de reforma hacendaria que presentó Enrique Peña Nieto al Congreso de la Unión se busca establecer un gravamen de 70 pesos por tonelada de carbono emitida, con lo que busca recaudar 20,000 millones de pesos al año.

Con este impuesto, México estaría reduciendo los gases de efecto invernadero en 30% para 2020, tal como lo establece la Ley General de Cambio Climático.

Dichos recursos, a decir del CCE, podrían obtenerse de acelerar los incrementos mensuales en el precio de la gasolina que aplica el gobierno federal desde 2010; no obstante, el plan de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público es reducir de 11 a seis centavos para 2014. 

”Queremos redireccionar esta reforma hacia algo que en verdad nos ayude a impulsar la competitividad; la única manera de poder transformar al país,  generar los niveles de crecimiento, aumentar los niveles de inversión y generar más empleos”, dijo Gutiérrez.

Impacto al consumidor

Raymundo Tenorio Aguilar, director de las carreras de Economía de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey Campus Santa Fe, comentó que la propuesta del CCE es viable desde la perspectiva empresarial, pero no va a ayudar más de lo que ya está recaudando para el gobierno. Aseguró que, de ser una realidad lo que piden los empresarios, la gasolina podría llegar a costar 16 pesos por litro para 2014.

“Es darle la vuelta a la posibilidad de, por ejemplo, negociar incentivos para financiamiento que protejan al ambiente, tales como los bonos de carbono, financiamientos blandos que disminuyen el consumo de diésel y gas altamente contaminante”, agregó Aguilar.