"No tires la comida…"
La industria, en general, siempre tendrá el reto de elevar la eficiencia para abatir cuestiones como desperdicios. Pero una vez fabricado el producto, el desafío se extiende para el resto de la economía. Esto es muy claro en el sector de alimentos y bebidas.
Datos de la Asociación Mexicana de Bancos de Alimentos señalan que a diario se desperdician 30,000 toneladas de alimentos en el país (11 millones de toneladas anuales. Este cálculo podría ser mayor: la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), habla de 16.5 millones de toneladas.
Lo más grave no es que se disuelvan en nada los recursos naturales y los esfuerzos de la industria alimentaria por generar comida de calidad, sino que esa comida no llegue a los 21.1 millones de personas que viven en México con pobreza alimentaria, es decir, que no cuentan ni con una canasta básica, de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Una alternativa: entre los beneficios que ofrecen los programas de mejora continua están reducción en inventarios, productos de mayor calidad y mejor servicio al cliente, ventajas que sumadas se traducen en más ventas y menos derroches económicos . Incluso, contar con alguna metodología de control de calidad es una buena carta de presentación ante clientes potenciales.