La Fórmula 1 y las regulaciones para la eficiencia energética
Después de muchos meses de espera por fin los aficionados a la Fórmula 1 podrán disfrutar de la nueva temporada 2014, que promete ser muy interesante, principalmente por la enorme cantidad de novedades tecnológicas a las que obliga el reglamento para constructores en esta campaña.
Veremos también las complicaciones que estas novedades representan para los ingenieros de los equipos, quienes deberán adaptarlas rápidamente en la pista, ya que la puesta a punto de los vehículos se desarrollará conforme avancen las fechas en el calendario de carreras... y esto promete un inicio de temporada muy parejo, pero también muy complicado.
Para no dedicar este espacio a cuestiones muy técnicas, me enfocaré en dos de los principales puntos de mejora que deben incluir todos los vehículos en la F1. El primero es el recuperador de energía eléctrica que incluye una fuente de poder que supera en almacenaje al KERS utilizado la campaña anterior, generando un poder de almacenaje en energía 10 veces mayor.
Este elemento permite brindar más potencia al motor, que para esta campaña será de 6 cilindros y 1.6 litros de desplazamiento, pero sólo se puede activar en zonas específicas y en momentos que permitan rebasar a un rival.
El segundo elemento es que los vehículos tendrán que terminar la carrera con un 30% menos de combustible, siendo que la capacidad de suministro se redujo en el reglamento en esta misma proporción. Esta innovación tecnológica nos muestra en 2014 avances sin precedentes, que nos hablan del compromiso de las máxima categoría por demostrar que no existe despilfarro y mucho menos en cuestión de consumo de combustible.
Lograr una eficiencia de 30% en el consumo en un vehículo de carreras es una cuestión de llamar la atención. Se requiere un desarrollo muy importante en materiales y componentes, al igual que modificaciones aerodinámicas, teniendo que hacer un vehículo mucho más ligero, sin comprometer la seguridad del piloto.
Lo anterior también es un ejemplo de lo que toda la industria automotriz conseguirá en los siguientes años: una mayor eficiencia en el consumo de combustible, forzada en gran parte por las medidas impuestas en EU y la Unión Europea, mismos que de alguna forma también avanzan en México a través de la NOM-163, que exige una gradual mejora en el consumo de combustible de todo el parque vehicular de automóviles de pasajeros y camionetas ligeras.
A nivel Manufactura estos cambios son retos muy importantes que obligarán a los fabricantes y sus proveedores a buscar elementos de mejora, introduciendo cada vez más partes realizadas en metales más ligeros de alta resistencia, piezas que forman parte del chasis de los vehículos. Igualmente observaremos más partes de aluminio y fibra de carbono en las carrocerías.
En cuanto a os motores y transmisiones podemos esperar que mejoren en tecnología y esto implica desde la inclusión de un mayor número de partes de aluminio, mayor potencia generada por cilindradas más pequeñas y cajas de transmisión con un mayor número de cambios, hasta la puesta en marcha de tecnologías híbridas y eléctricas en más y más plataformas.
Así que veamos este inicio de temporada de la F1 como un verdadero llamado a la innovación de todos los que forman parte de la industria automotriz, que requieren cambios sustanciales para la mejora de la eficiencia energética en los próximos años, tiempo en el que las empresas que no se preparen para el cambio se volverán obsoletas en un lapso muy corto.