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Reencuentro en la costa veracruzana

En el histórico puerto la oferta turística actual resulta irresistible
vie 08 agosto 2014 12:22 PM
Puerto de Veracruz
Puerto de Veracruz - (Foto: Flickr)

Hay destinos que ofrecen glamour y sofisticación, pero el puerto de Veracruz va más allá. Sus visitantes encuentran lujo y esparcimiento en lugares como El Dorado (moderno desarrollo inmobiliario con marina y el centro comercial más grande del sureste mexicano), en Punta Tiburón (con una exclusiva marina y un campo de golf de clase mundial) y en Nuevo Veracruz (complejo que conjuga el descanso con las compras y el entretenimiento).

Recorrer sus rincones tradicionales es un encuentro, a manos llenas, con la cultura, historia, leyendas y el mestizaje que han dado fama al carácter bonachón y dicharachero de los jarochos.

Los imprescindibles

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Entre los tesoros favoritos del puerto encontramos la Plaza de la Constitución, punto de reunión por excelencia tanto de porteños como de visitantes. En este lugar, desde las primeras horas del día, los locales se reúnen para charlar de temas de actualidad o simplemente leer el periódico matutino, mientras que los boleros situados en la plazuela se dedican a lustrar los zapatos de los transeúntes.

En Los Portales, donde abundan los restaurantes y cafeterías, se puede disfrutar de la música de la marimba y las jaranas; saborear una típica nieve de Los Güeros o simplemente sentarse en una de sus bancas para ver la vida pasar. El Palacio Municipal (cuya construcción estuvo a cargo del ingeniero holandés Adrián Boot) y la Catedral de Nuestra Señora de Asunción –edificada en el siglo XVII y en cuyo interior presenta esculturas interesantes– son los pilares donde se cimienta la fundación de la ciudad.

El Malecón, concurrido por visitantes de todo el mundo, presume un rico folclor cultural: conjuntos de marimba, danzonera o comparsa ofrecen su compás a quienes caminan por este paseo tradicional. El Templo del Cristo del Buen Viaje, una capilla construida en 1609, se convirtió en el santuario preferido de los viajeros que salían o regresaban de la ciudad. En su interior, la figura del Cristo al que se venera –según cuenta una leyenda–, fue encontrada en la playa por unos marineros. El Acuario de Veracruz, el más grande de América Latina, exhibe diversas especies marinas.

Al pasear por estos sitios, el caminante descubre la gran riqueza histórica que predomina en la arquitectura de las construcciones de la ciudad, rica en estilo neoclásico. Los mejores representantes de esta arquitectura que recuerda el más clásico estilo francés, son los edificios de Telégrafos y Correos; ambos construidos por Salvador Echegaray e inaugurados en 1902 por el general Porfirio Díaz.

Otra pieza arquitectónica de estilo neoclásico es el edificio de la Antigua Aduana, cuya construcción está siendo restaurada para convertirse en el Museo de la Inmigración.

En el Portal de Miranda se encuentra la Fototeca del Instituto Veracruzano de Cultura, un inmueble cuyo carácter arquitectónico rompe con la herencia neoclásica: su mampostería en piedra múcara data del siglo XVIII, mientras que sus portales exteriores, sus pasillos casi secretos y su peculiar patio le dan un carácter único a este edificio cuyo acervo rebasa las 5,000 piezas entre positivos y negativos, y resguarda un archivo fotográfico de más de 100,000 imágenes.

En lancha

El puerto de Veracruz no sólo se disfruta con caminatas, también ofrece agradables recorridos en lancha. En Boca del Río, los prestadores brindan paseos en bote donde se muestran lugares donde han vivido personajes icónicos, como la Casona de la Condesa de Malibrán. Además, puedes visitar La isla del amor, donde María Félix se enamoró del compositor Agustín Lara.

También están las embarcaciones que salen del Malecón y realizan recorridos turísticos por San Juan de Ulúa y la Isla de los sacrificios, donde se encontraba una gran piedra donde los Olmecas sacrificaron doncellas a sus dioses.

El origen del Fuerte de San Juan de Ulúa está ligado a la fundación de la Villa Rica de la Veracruz, nombre que se le dio al Puerto en 1519. Construido en lo que fuera un islote que originalmente sirvió como muelle para los galeones españoles, la fortificación comenzó a construirse en 1535, como respuesta a los continuos ataques que sufrían estas embarcaciones, llegando a ser la fortaleza más segura de su época.

Actualmente funciona como museo, a excepción de uno de sus baluartes, el cual conserva su origen y es ocupado por la Armada de México.

Desde su origen, como bastión ante de los ataques piratas que sufrió el puerto de Veracruz durante el virreinato, hasta las últimas reconstrucciones hechas en el siglo XIX, ha sido testigo de hitos como la independencia de México y varias invasiones extranjeras. La visita al fuerte permite conocer su arquitectura, mediante un recorrido por sus torres, amplios patios, angostos pasillos y oscuras celdas.

Viva las tardes de danzón en el zócalo del Puerto de Veracruz. Su ritmo enamora a quien lo escucha. 

 

*Travel Group GEX es la división de contenidos de viaje, estilo y lujo, de Grupo Expansión

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