Por muchos años el gobierno Federal ha pugnado por promover la atracción de vehículos híbridos y eléctricos para su venta en el país. Sin embargo, la infraestructura no se ha desarrollado; tampoco se han estructurado programas de incentivos fiscales para que la gente prefiera la compra de estos vehículos en lugar de los movilizados por tecnologías convencionales de combustión interna.
La semana pasada la empresa Nissan me prestó un vehículo eléctrico Leaf a prueba. Para ser honesto, el automóvil superó mis expectativas. El manejo es confortable y su motorización eléctrica es potente, si bien para lograr un traslado de más de 120 kilómetros debes mantener una velocidad promedio de 60 Kilómetros por hora, la solución que encontraron los ingenieros de Nissan para el Leaf es eficiente. Es importante destacar que los traslados implicaban movilizarme desde mi oficina, ubicada en el centro de la Ciudad de México, al municipio de Metepec, muy cercano a la ciudad de Toluca, en el Estado de México.
Cuando decidí tomar este reto me preocupó que la batería eléctrica no alcanzara para completar el traslado. No obstante, los trayectos se cumplieron con eficiencia, siempre cuidando que la aceleración fuera prudente para conservar la energía en los tramos ascendentes, que representan la mitad del camino, aunque la otra mitad es con cuestas con suficiente pendiente hacia abajo como para recuperar la batería, ya que al mantener desacelerado el vehículo el sistema recarga automáticamente la fuente de energía eléctrica, lo que me permitió a lo largo de toda la semana moverme entre la Ciudad de México y Metepec, por supuesto que recargando la batería en cada momento que el auto permaneciera estacionado, para realizar cada uno de los tramos.
El uso de este vehículo a lo largo de una semana me permitió entender que si existieran suficientes centros de recarga en los estacionamientos públicos, así como un incentivo para los hogares en donde se pudieran instalar tomas de corriente a 220V para acelerar el tiempo de recarga de 15 horas a tan sólo cuatro horas, eso permitiría que cualquier persona pudiera usar un vehículo eléctrico sin problemas.
El gobierno federal y los gobiernos locales no han tomado con seriedad el tema de la infraestructura que se requiere para promover la popularidad de vehículos eléctricos en México, para lo cual existen algunos temas básicos para lograr con éxito su proliferación, por lo que me permito proponer algunos puntos indispensables para apoye a los dueños de vehículos eléctricos en nuestro país:
1. Instalación de tomas de corriente a 220V gratuitas en los hogares de propietarios de vehículos eléctricos por parte de CFE, que por un lado permitan una recarga rápida del vehículo, con tarifas preferentes en el costo de suministro de luz.
2. Instalación de centros de recarga en estacionamientos públicos con lugares preferentes.
3. Deducibilidad de 33% costo del vehículo por año y mantener esta deducibilidad por tres años desde la compra del mismo hasta alcanzar el costo en su totalidad.
4. Tag Gratuito para carreteras y libramientos en las ciudades.
Con estos puntos y promoviendo hasta un máximo de 20,000 vehículos por año se lograría un incentivo que despertaría el interés de la gente por la adquisición de estas tecnologías en las grandes ciudades, en beneficio de una mejora paulatina del parque vehicular y en un lapso de algunos años mejorar sustancialmente el medio ambiente. Hoy, la palabra la tienen los creadores de la política pública y los encargados de la infraestructura. No es algo imposible, siempre y cuando exista la voluntad política.
*Mauricio Kuri es director ejecutivo de Fondo Unido México, catedrático de RR.PP y Comunicación Estratégica del ITESM y especialista en la industria automotriz.