Crece aseguramiento del campo ante desastres naturales
A pesar de que el campo mexicano tiene altos riesgos de perder las cosechas anuales debido a los fenómenos hidrometeorológicos, sólo 66% de las 22.3 millones de hectáreas de siembra, cuentan con seguros contra huracanes, sequías y heladas.
El estudio La gestión de riesgos climáticos catastróficos para el sector agropecuario en México, elaborado por la Organización Mundial de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) en conjunto con la Sagarpa, señala que existen cuatro tipos de tierras de cultivo, de las cuales 10% de ellas son las más vulnerables a los desastres por contingencias climatológicas.
Estas hectáreas –que son alrededor de 3 millones de unidades de producción-, siembran frijol y maíz para autoconsumo en condiciones de mutualismo, escasa tecnología y nulo acceso a financiamiento.
En este grupo estaban los cientos de productores que perdieron sus cosechas en 2012, cuando una helada extrema se presentó a principios de año en siete estados, y posteriormente la sequía alcanzó el centro y norte del país, quienes perdieron los cultivos de todo el año, debido a las condiciones climáticas.
La ubicación geográfica del país también contribuye a que cada año el campo mexicano esté expuesto a contingencias climatológicas, sobre todo las relacionadas con exceso o falta de lluvias, además de las temperaturas extremas que se han registrado en los últimos años.
Y es que después de las sequias de 2012, en septiembre del año pasado alrededor de 20 entidades tuvieron inundaciones ocasionadas por los huracanes Manuel e Ingrid, lo que significó la perdida total de 613 mil hectáreas.
Justo después esas emergencias, el gobierno federal comenzó a incrementar el presupuesto del Componente de Atención a Desastres Naturales para el Sector Agropecuario (CADENA), el programa especializado en el aseguramiento de las tierras de los pequeños y medianos productores.
En la última década, la cobertura de las tierras agrícolas aumentó exponencialmente, al pasar de 100 mil a 12 millones de hectáreas protegidas, con una cobertura de 26 mil millones de pesos. No obstante esto representa sólo seis de cada 10 hectáreas productivas, por lo que la meta del gobierno federal es incrementar la protección a 16 millones de hectáreas.
Éstas se sumarán a los seguros que tienen los productores de gran escala en el país, con lo que se alcanzaría la cobertura total de las tierras de cultivo en el país, que suman alrededor de 22 millones de hectáreas.
En meses anteriores, CADENA fue reconocido por la FAO, quien anunció que llevaría este modelo de aseguramiento a otros países del mundo, con el fin de proteger las cosechas de los pequeños productores.