5 datos sobre la tecnología antigranizo que usa Volkswagen
La automotriz Volkswagen ha sido cuestionada por campesinos debido a que utiliza dispositivos sónicos antigranizo, para evitar que la lluvia fuerte dañe los vehículos que salen de la planta de Puebla.
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Julio César Marín Leal, gerente de Gestión Ambiental de Volkswagen de México, detalló hace dos días que la automotriz tiene dos dispositivos de este tipo en el estacionamiento donde resguarda los automotores nuevos, en Cuautlancingo, y uno más en las inmediaciones del estadio poblano Cuauhtémoc.
En 2017, la empresa automotriz reportó una pérdida superior a 20 millones de dólares (mdd), debido a la caída de granizo sobre los autos terminados estacionados en los patios de la empresa, localizada en San Lorenzo Almecatla, perteneciente al municipio de Cuautlancingo, listos para salir a las concesionarias y realizar la venta, reporta la agencia Notimex.
Para evitar que este daño se repitiera, Volkswagen comenzó en mayo pasado con el uso de dispositivos sónicos antigranizo, con la intención de que la lluvia fuera más tenue.
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Sin embargo, los campesinos de la región aseguran que esta tecnología ha afectado sus cultivos.
Un artículo publicado en el sitio de Internet de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia (DGDC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) explica en términos generales en qué consiste el funcionamiento de los dispositivos sónicos antigranizo:
1. ¿Para qué se usa?
Los cañones o bombas antigranizo han sido utilizados por los agricultores para prevenir las lluvias acompañadas de piedras de hielo que pudieran dañar las cosechas; sin embargo, la utilidad de éstos ha sido cuestionada pues no está científicamente comprobado que en realidad logren su objetivo.
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“Pensar que los cañones antigranizo realmente sirvan para detener grandes precipitaciones es un mito, un acto de fe”, comenta Fernando García García, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, en el artículo de la DGDC.
2. ¿Cuándo surgieron?
A finales del siglo XIX, en Austria, un científico italiano de apellido Combicci emitió la primera hipótesis de que las partículas de humo proyectadas por los Generadores de Ondas Ionizantes pueden servir de núcleo de condensación de nube para formar gotitas. Pero no sólo en ese país existía esa suposición, ya que en varias partes del mundo también se ocuparon los cañones.
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Por aquellos días, en Estados Unidos hubo quienes hacían experimentos con los cañones; utilizaban pólvora y nitroglicerina con el propósito de modificar el proceso de desarrollo y la formación de partículas de la nube.
Según el científico italiano, la hipótesis era válida: al realizar este procedimiento la lluvia aumentaba y disminuía el granizo.
3.¿Cómo funciona?
Hacia 1900 se introdujo el cañón que, en lugar de pólvora, usaba acetileno, sustancia que hasta hoy se ocupa; se trata de un gas compuesto por Carbono e Hidrógeno, un poco más liviano que el aire, y que genera una gran y estruendosa explosión, que produce ondas que se creía que llegaban hasta las nubes.
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A principios del siglo XX existían alrededor de 60 modelos diferentes de cañones antigranizo, aún cuando su eficacia no estaba confirmada. Su comercialización se volvió toda una industria, incluso, se organizaron congresos y conferencias con fabricantes y científicos en torno a este instrumento.
Ahí se trató de mejorar las técnicas aplicadas y se discutía si era mejor usar pólvora, glicerina o acetileno.
4. ¿Cuándo llegó esta tecnología a México?
Los europeos fueron los primeros en emplear los cañones para que la lluvia no dañara las cosechas. En años recientes, en regiones como España, Vermont, Nebraska, Argentina, este instrumento ha sido nuevamente empleado. En México, se han comercializado desde los años de 1960.
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5. ¿Funciona?
La conclusión —dice el texto de la UNAM— es que no hay evidencia de que funcionen. Incluso, los resultados de experimentos planeados y realizados en Suiza en la década de 1980, con rigor científico y al utilizar técnicas modernas de siembra de nubes, indican que estadísticamente existe la posibilidad de que la incidencia de granizo disminuya sólo en 35% de los casos, en tanto que la probabilidad de que se genere más granizo de lo normal es de 65%. (Con información de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM y Notimex)