Talento local, beneficio global

Hasta hace un par de décadas, el emporio de las patentes a escala global se concentraba en un puñado de compañías por industria. Aquellas corporaciones con grandes presupuestos veían a las patentes como un seguro contra el avance de la competencia más que como la evolución de marcas y productos.
En México, el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial recibió, en 1993, 8,212 solicitudes de patentes, 60.2% provenía de empresas estadounidenses y 6.7% de compañías mexicanas.
Para 2018, la cifra creció a 16,424 solicitudes, y las corporaciones de Estados Unidos detentaron menos de la mitad (43.4%), frente a 1,555 peticiones de empresas mexicanas (9.46%).
El cambio o tiene una sola explicación, pues factores como la integración comercial vía TL-CAN (ahora T-MEC), internet y la automatización en la industria, han catapultado la generación de inventos y dinamizado los ciclos económicos de la industria.
Hoy, la generación de nuevos desarrollos tecnológicos aplicables a la producción industrial no pasa necesariamente por los grandes complejos corporativos de I+D, sino por las laptops o las cocheras de jóvenes, cuyos insumos principales son la información y el talento para visualizar las soluciones que transformarán el mundo que conocemos.
La industria requiere más inventos que nunca y para ello sus políticas de innovación se concentran en actuar como fondos de venture capital para la adquisición de inventos prometedores o bien para generar incubadoras de emprendimientos tecnológicos, con ayuda de universidades y ONG de fomento a la innovación.
Es por eso que, por tercer año consecutivo, Manufactura se ha dado a la tarea de buscar a los jóvenes ingenieros mexicanos que están desarrollando innovaciones de alto impacto para la industria. En este ejercicio hemos identificado a más de 133 ingenieros, 77% de ellos menores de 30 años, que están revolucionando los materiales, el diseño, la metodología e incluso la estructura de la producción industrial no sólo en el país, sino a escala global.
Sin duda, el talento mexicano se convierte en un activo cada vez más importante y cotizado en el mundo; sin embargo, aún hay mucho camino por recorrer.
En Manufactura estamos comprometidos con la formación de talento industrial para impulsar el mejor activo nacional: nosotros mismos. Lo invitamos a hacer lo mismo en pos de lograr que el país sea un protagonista cada vez más relevante de la innovación global.
-Los Editores