Para toda empresa cumplir tres décadas de vida amerita un gran festejo. Ese era el plan para 2020 de Court, la marca mexicana de calzado deportivo que hasta antes de la pandemia producía 42,000 pares a la semana en su planta de León, en Guanajuato. Tras los efectos de la contingencia sanitaria la producción disminuyó a 35,000 pares y las ventas cayeron hasta 65%.
Su plan para 2021 es desarrollar más productos con tecnología que ya tienen fabricantes como Adidas –pero ofrecerlos a precios competitivos–, y poder recuperar los 400 empleos que tuvo que suprimir ante la caída del mercado.
Cuando se registraron los primeros casos de Covid en México la empresa no imaginaba que la situación fuera más crítica de lo que experimentó en otros años difíciles; pero el cierre de tiendas minoristas y departamentales, donde se genera el 53% y 18% de las ventas de calzado, respectivamente –según un reporte de la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Ciudad de México, que cita datos de Euromonitor–, la orilló a tomar medidas drásticas para salvaguardar el futuro del negocio.
Primero vino un ajuste de sueldos a colaboradores, y posteriormente, el recorte del 44% de la plantilla laboral. “A nivel ventas fue un golpe muy duro. El estar manteniendo una nómina de 900 personas sin poder vender… Al tercer mes vimos que por más que queríamos no lo podíamos detener. Es lo que menos te gusta... Esto sí fue muy duro”, comenta Omar Mares, gerente de la marca Court.
La situación no es exclusiva de la marca. Hasta octubre pasado el sector calzado había perdido 9,400 empleos respecto a los reportados en cierre de diciembre de 2019. Unos 8,500 fueron en empresas que manufacturan calzado con corte de piel y cuero, y poco menos de 600 fue en empresas que elaboran calzado con corte de tela, según datos del Inegi.