Crece la recolección de medicamentos caducos
La recolección de medicamentos caducos aumentó siete veces en los últimos cuatro años, debido a la conciencia de la población por desechar correctamente los fármacos que han guardado en sus domicilios por más de dos años.
Rogelio González, director de Operaciones del Sistema Nacional de Gestión de Residuos de Envases y Medicamentos (SINGREM), dijo que desde 2010 hasta junio de 2014, han captado 554 toneladas de fármacos, envases, cajas y frascos, de los cuales 260 se recogieron el año pasado.
El programa está funcionando en 253 ciudades de 21 estados de la República, aunque este año esperan ingresar en seis entidades más, por lo que la industria farmacéutica invirtió 35 millones de pesos para la recolección, separación y entrega de desechos a las tres empresas que incineran los desechos.
Sin embargo, antes de quemarlos, un grupo de especialistas analiza los desechos, que mayoritariamente se utilizan para resfriados, diarreas, mareos y enfermedades más comunes. Pero al revisar los empaques, se encontró que a población está consumiendo una gran cantidad de fármacos para la depresión, diabetes, presión arterial, diabetes, problemas del corazón y otras enfermedades crónicas.
“El análisis de los depósitos genera un banco de información útil para la industria. Los especialistas e investigadores se dan cuenta cómo se comporta la población en función de su salud; nos damos cuenta si el medicamento viene del sector público o privado, qué medicamentos consumen, incluso vemos si están desechando sus medicinas en el tiempo adecuado”, señaló González.
De acuerdo con la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), los fármacos tienen, en promedio, una vida útil de dos años, aunque en los de innovación puede ser de hasta tres años.
Si el paciente los sigue consumiendo después de ese lapso el medicamento ya no tendrá el efecto esperado porque pierde su biodisponibilidad. No obstante, esto se puede complicar con una intoxicación, ya que las sustancias se modifican y algunas generan toxinas que afectan al organismo.
González narró que en las revisiones han encontrado envases de los años 40 o 50 “muy bonitos y con muchos detalles”, pero esto es una mala práctica porque los medicamentos no se etiquetaban y la gente los guardaba por años.
El problema ahora es que la gente está desechando los medicamentos junto con otros dispositivos médicos como jeringas o lancetas sin capuchas, lo que genera un riesgo para los recolectores. Por ello González hizo un llamado a que la gente deposite estos desechos en los recolectores adecuados y tengan el tratamiento adecuado, como lo marcan las normas sanitarias.