Seguridad en el uso de Rayos X
Los pilotos y la tripulación de la cabina de un avión suelen estar expuestos a mayor radiación durante el desempeño de su trabajo que los operadores de las máquinas de inspección de alimentos con rayos X. Sin embargo, ninguno de estos grupos de personas recibe niveles de radiación que siquiera se aproximen a la posibilidad de provocar un daño.
Concretamente, el nivel de radiación utilizado para la inspección con rayos X en la industria alimentaria es extremadamente bajo y existe un control estricto al que se somete la fabricación de equipos de inspección con rayos X, que en muchos casos excede las normas establecidas en la legislación de cualquier parte del mundo.
Cada vez más fabricantes de alimentos adoptan la inspección con rayos X debido a la eficacia y la precisión con que puede detectar cuerpos extraños, como vidrio o piedras, dentro de los productos alimenticios. Al mismo tiempo, permite llevar a cabo una amplia variedad de controles de calidad en la línea de producción, como el control del nivel de llenado, la inspección de la integridad de los sellos y la búsqueda de productos dañados a velocidades de producción altas.
Las pruebas demuestran que los alimentos que están en condiciones para ingerirse antes de recibir rayos X conservan todo su sabor y valor nutricional después de inspeccionarse. Además, los operadores que trabajan con sistemas de inspección con rayos X tienen la protección de las leyes y de equipos diseñados por expertos. En conclusión, los consumidores y los operadores no tienen nada de qué preocuparse.
Comparación entre los rayos X y la radiación
En primer lugar, es importante comprender la diferencia entre los rayos X y la radioactividad. Si bien los rayos X son una forma de radiación electromagnética, son generados eléctricamente y pueden encenderse y apagarse. Por el contrario, los materiales radioactivos, como el uranio, son muy diferentes. Emiten radiación continuamente en forma de partículas alfa y beta, y rayos gamma, y no se pueden apagar.
En su vida cotidiana, todas las personas de la Tierra están expuestas a diferentes formas de radiación, conocidas como radiación natural. Cerca de la mitad de esta proviene del gas radón, que se filtra de los suelos y de las rocas que contienen uranio, por lo general, el granito. Otras fuentes de la radiación que reciben los seres humanos son el espacio (radiación cósmica), la radiación médica (cuya principal fuente son las radiografías de tórax y odontológicas) y la radiación interna, proveniente de la inhalación o ingesta de partículas diminutas de material radioactivo, por lo general, en forma de polvo fino.
Para poner esta información en contexto, es necesario analizar las dosis de radiación acumuladas. La unidad del Sistema Internacional de Unidades (SI) para las dosis de radiación es el sievert (Sv); sin embargo, los niveles de exposición laboral suelen ser tan bajos que, generalmente, se usan los milisieverts (mSv: un milésimo de sievert) y los microsieverts (µSv: un millonésimo de sievert).
Un ser humano promedio recibe alrededor de 2400 µSv (2,4 mSv) de radiación natural en un año, lo cual suele superar ampliamente la exposición a la radiación que se recibe de un sistema de inspección con rayos X en la industria alimentaria. Se calcula que dicha exposición es de alrededor de 2000 µSv (2 mSv) para un operador que trabaja en contacto directo 40 horas por semana, 50 semanas al año. En comparación, los pilotos y la tripulación de cabina, que pasan más tiempo a grandes alturas, están expuestos a mayores niveles de radiación cósmica, ya que, durante un vuelo, la atmósfera de la Tierra que la filtra es más delgada; quienes viajan con frecuencia, absorben alrededor de 4400 µSv (4,4 mSv) por año.
Inspección con rayos X en la industria alimentaria
La inspección de alimentos con rayos X no convierte a la comida en radioactiva, del mismo modo en que una persona no se vuelve radioactiva después de hacerse una radiografía de tórax. La Food and Drug Administration (FDA, Agencia de Alimentos y Medicamentos) de los Estados Unidos ha informado que no se conoce ningún efecto adverso por ingerir alimentos, tomar bebidas, usar medicamentos o aplicarse cosméticos que han sido irradiados mediante un sistema de inspección con rayos X. Además, afirma que la dosis de radiación que suelen recibir los productos escaneados mediante la tecnología de inspección con rayos X es de un millón o menos, mientras que la dosis promedio de radiación natural es de 360 millones por año.
En pocas palabras, la buena comida continúa siendo buena y estando libre de contaminación.
Los sistemas de rayos X son seguros por diseño
Un sistema de inspección con rayos X tiene tres componentes principales: un generador de rayos X, un detector y una computadora. Cuando se enciende, los rayos X atraviesan el producto alimenticio hasta llegar al detector. Las diferencias en los niveles de rayos X que llegan al detector después de atravesar los alimentos señalan la posible presencia de cuerpos extraños, los cuales, por lo general, tienen densidades diferentes a las del producto alimenticio.
A diferencia del material radioactivo, un sistema de rayos X se puede encender y apagar. Cuando se enciende, el riesgo de exposición a la radiación se controla mediante dos principios de protección clave: la distancia y el uso de protectores. Con respecto a lo primero, la intensidad de la radiación disminuye rápidamente a medida que uno se aleja de la fuente. Los protectores son controlados por el fabricante del sistema de rayos X, y es por esto que la mayoría de las unidades están recubiertas por acero inoxidable. Actualmente, otro factor que se debe tener en cuenta es que los detectores de los sistemas de rayos X modernos son altamente sensibles, lo cual permite reducir la potencia de la fuente de rayos X.
De manera estándar, se utilizan algunas funciones de seguridad adicionales, como cortinas en los túneles para retener las emisiones, un diseño de bloqueo de seguridad y una integración completa con el circuito de seguridad de la línea de producción del fabricante de alimentos, si es necesario. La fabricación de sistemas de inspección con rayos X está sujeta a normativas, por ejemplo, Code of Federal Regulations, título 21 CFR 1020.40, “Cabinet X-ray Systems” (Sistemas de rayos X en gabinetes) de la FDA. Dichas normativas garantizan que el equipo sea seguro para usar incluso si una persona debe permanecer junto a él durante toda la jornada de trabajo. Asimismo, muchos sistemas modernos están automatizados para minimizar la participación del operador.
Conclusión
Los alimentos que están en buenas condiciones para ingerirse antes de someterse a rayos X, lo siguen estando después de dicho proceso. Más allá de las pruebas científicas, los clientes de marcas de alimentos que ya han adoptado la inspección con rayos X no han detectado ningún cambio en el sabor ni en la textura. Los operadores que trabajan con sistemas de inspección con rayos X están protegidos por el diseño de los equipos y por las leyes que los regulan. La tecnología es esencial para detectar la presencia de cuerpos extraños que representan un verdadero riesgo para la salud humana en los productos alimenticios. La conclusión lógica es que la inspección con rayos X es una herramienta para mejorar la seguridad y la calidad de los alimentos, no para reducirlas.
*Eagle Product Inspection es una empresa de sistemas avanzados de inspección con rayos-x, detección de metales y sistemas de análisis de contenido graso, para procesadores y fabricantes de alimentos y bebidas de todo el mundo.