Imprime tu comida: la revolución de los alimentos
Su nombre suena a Houdini, como el ilusionista húngaro que dejaba boquiabierto a medio mundo a principios del siglo XX con sus impresionantes espectáculos de escapismo. No es casualidad.
A este hombre y a una máquina, llamada simplemente Foodini, los une la misma capacidad para provocar asombro. Cualquiera que mira en acción a este artefacto, con forma de caja, siente su poder y su potencial. Foodini, desarrollada por la empresa Natural Machines de Barcelona, es una impresora 3D de comida. Y su promesa es revolucionar las cocinas.
El horno de microondas es el último artefacto que se coló entre ollas y sartenes. Este invento provocó un gran cambio en el arte de cocinar, cuando en 1947, el ingeniero Percy Spencer lo presentó al público. Las primeras unidades eran aparatosas, enormes. Tuvieron que pasar varias décadas para que el microondas doméstico se convirtiera en una opción masiva. Las ventas despegaron en 1967, cuando los fabricantes consiguieron bajar su precio a 500 dólares por unidad. En Estados Unidos fue en 1975 cuando esta invención superó en ventas a las estufas de gas.
Ahora, las impresoras de comida pretenden cambiar nuestra manera de comer. Otra vez. Y convertirse en el “electrodoméstico del futuro”.
El funcionamiento de Foodini es sencillo: tiene seis cápsulas o compartimientos donde se cargan los alimentos. Con ayuda de una aplicación para teléfonos inteligentes o tabletas, se programa una receta y la máquina se encarga de combinar, capa por capa, los ingredientes almacenados en las cápsulas. Por ejemplo, si quieres cenar ravioles, solo tienes que distribuir la masa en los compartimientos, presionar unos botones y listo: Foodini mezclará los ingredientes, les dará forma y los dejará listos para llevar el plato al horno.
“Queremos ser como el Nespresso de los pasteles, vender la máquina y la pasta para producirlos —explica Emilio Sepúlveda, uno de los tres fundadores de la empresa española Natural Machines, la cual comercializa a la Foodini en 1,300 dólares—. Se pueden hacer galletas, cremas y capas de pasteles decorados”.
Esta impresora tiene conexión a internet y permite, además, que los usuarios tuiteen el plato que acaban de preparar. El objetivo, señalan sus creadores, es formar una comunidad global de usuarios que compartan sus diseños gastronómicos, es decir, comida con las más diversas formas y colores.
Lee el reportaje completo Imprime tu comida, en el especial de Tecno de Revista QUO