Es muy común, tanto en el sector público como privado, que los encargados de atender a los medios de comunicación no realicen una estrategia integral debido a que muchos de los destacados funcionarios que atienden se consideran “expertos” en la materia en la que trabajan, por lo que piensan que no requieren el respaldo de un experto para comunicar sus intenciones a la sociedad.
Si a lo anterior se suman ignorancia y arrogancia no serán capaces de entender que para realizar eficientemente su función, primero deben estudiar mucho y después dar la cara a la sociedad y a los medios de comunicación con soluciones en la búsqueda del bien común.
De realizarse adecudamente la estrategia de comunicación al poner en marcha cambios en una normatividad, se evita generar confusión y, con ello, se logra explicar a la población las medidas. Si esto no se entiende al exponer un programa que implica cambios en los hábitos de transporte de los capitalinos, hasta puede resultar en una crisis mediática que puede acarrear reacciones virulentas entre los grupos de interés que resultan afectados por la declaración, mas aún si contempla un cambio en una política pública de gran alcance para la población de una ciudad como el DF.
Lo anterior está relacionado a la actuación ante los medios de comunicación, de Tanya Müller, funcionaria que fue nombrada Secretaria del Medio Ambiente del Distrito Federal y que al parecer accede a este cargo sin tener la más mínima idea de cómo se construyó la NOM-041, ni para qué sirve, y mucho menos tiene la capacidad creativa de estructurar un cambio eficiente que involucre de forma integral todos los elementos asociados a un tema tan complejo como el transporte en una de las ciudades más pobladas del mundo.
La secretaria no comprende que el problema radica en resolver el traslado desde un punto a otro de la ciudad de más de 20 millones de personas diariamente, que necesitan llegar desde sus hogares a un trabajo, a una escuela o cualquier actividad que el público considere imprescindible para salir de sus casas; tampoco entiende que si bien las emisiones contaminantes pueden ser un factor de riesgo para la salud, también se debe generar una alternativa que primero desmotive al uso de los vehículos y posteriormente enfocarse a hacer más estrictos los estándares de emisiones.
Lo más grave de todo este caso en la evidente ignorancia de la destacada funcionaria de la capital, que se hace pública al comunicar su interpretación del “Hoy No Circula”, que envolviéndose en una bandera de héroe a favor de la salud, se le olvidó estudiar los elementos más básicos de la normatividad que respalda el programa, y de pronto sintiendo que es el momento preciso, sale a declarar que se realizará un ajuste al programa y se limita a generar categorías por año modelo, olvidándose de que para circular se debe obtener un holograma como resultado de una verificación, quizá consciente de que el holograma se puede obtener sin necesariamente hacer la verificación, así tomó un atajo para no entrar a temas tenebrosos de corrupción en los verificentros, que en su mayoría pertenecen a otros funcionarios públicos o a familiares y amigos de otros funcionarios públicos.
Cuando recién sale con su nueva estrategia para hacer mas restrictiva la circulación de vehículos “viejos”, es cuestionada por muchos medios de comunicación y hasta se aventó la puntada de citar la NOM-163 de eficiencia energética, citando datos parciales y equivocados sobre la misma y mas terrible aún, sin saber que la NOM-163 no tiene nada que ver con el programa “Hoy No Circula”, que se respalda en la NOM-041, motivo por el cual sus asesores seguramente le señalaron que no tenía sentido lo que había dicho y unos días después salió a tratar de corregir, creando mas confusión.
Hoy, gracias a la ignorancia de una funcionaría que tiene como principal virtud su arrogancia, tenemos alrededor de 500,000 propietarios de vehículos que están viendo impactados sus intereses, en medio de la confusión creada por la señora Müller, que de haber entendido y estudiado cómo funciona el “Hoy No Circula”, desde el principio de habría referido a los estándares de emisiones contaminantes y fortalecer la vigilancia en los verificentros para su cumplimiento.
De la misma forma invitaría a los usuarios a dar mantenimiento a sus vehículos para transitar el mayor número de días posibles. Habría fortalecido la red de transporte público y creado un crédito ciudadano para la renovación de vehículos, partes y componentes en apoyo a los ciudadanos, en lugar de solamente decir que los autos de más de nueve años dejan de circular dos sábados al mes y los que tienen más de 15 todos los sábados del mes, punto.
Así vivimos una crisis de transporte, que es resultado a la ignorancia de una funcionaria que desconoce la normatividad, desconoce su obligación de servir a la sociedad y evade su responsabilidad de privilegiar el bien común, haciendo a todos los capitalinos rehenes de su incompetencia.