Imagine transitar por una carretera de nuestro país en un vehículo de la marca Honda de año modelo reciente. Va en compañía de sus seres más queridos, a una velocidad promedio de 110 KM/Hr, por ser el límite máximo permitido en la carretera. A la salida de una curva se encuentran con un imprevisto, que provoca frenado sorpresivo del vehículo y luego una colisión, lo que activa los sistemas de seguridad, entre ellos las bolsas de aire, mismas que salen de sus compartimentos para prevenir que sufran mayores lesiones, esto siempre y cuando todos los ocupantes traigan bien colocado el cinturón de seguridad.
En este ejercicio de imaginación todos los ocupantes tienen puesto el cinturón de seguridad y el impacto, si bien ha dañado irremediablemente la unidad, no afectó a los tripulantes. Sin embargo, a la vista de todos sus seres queridos, usted comienza a sangrar copiosamente porque recibió las esquirlas de una bolsa de aire defectuosa, que a manera de granada de fragmentación, le ha herido el rostro. El peligro es que se desangre antes de que llegue la asistencia médica.
Esta historia --deseo desde lo más profundo que nunca le ocurra-- es real. Le ocurrió a una conductora en Estados Unidos, frente a sus hijos. La ayuda llegó demasiado tarde y no sobrevivió.
Pudo haber pasado en cualquier calle o carretera de nuestro país. La diferencia es que aquí nunca nos vamos a enterar, porque no existe ninguna agencia que vigile los accidentes de tránsito y lleve el registro adecuado para investigar si las causas del percance estuvieron relacionadas con un dispositivo defectuoso desde fábrica.
2014 se recordará en la historia de la industria automotriz mundial por ser el año de la mayor cantidad de vehículos llamados a revisión en EU. Millones y millones de vehículos de prácticamente todas las marcas han estado involucrados.
Sin embargo este caso relacionado con las bolsas aire producido por la empresa Takata, es particularmente preocupante, esto debido a que impacta al menos a 11 marcas automotrices en las que se encuentran, Honda, Toyota, Nissan, BMW, Chrysler, Ford, Dodge, Mitsubishi, Acura, Subaru e Infinity. Los casos que más se han leído en la prensa de EU son los relacionados con vehículos de la marca Honda, misma con la que se relacionan eventos que tiene documentados y en los que ocupantes de los vehículos fallecieron como causa inequívoca de la falla técnica de determinados componentes en las bolsas de aire, lo anterior de acuerdo a investigaciones realizadas por la NHTSA (National Highway Traffic Safety Administration), Agencia de Seguridad de Tráfico en carreteras por sus siglas en Inglés.
Sin embargo, en México, ni las empresas automotrices relacionadas con este proveedor de bolsas de aire, ni la propia empresa responsable de los componentes defectuosos, se han expresado ante los medios de comunicación de nuestro país para aclarar que modelos de todas estas marcas podrían estar involucrados y en manos de conductores mexicanos que puedan estar poniendo en riesgo su vida.
Lo anterior debido a que nada obliga a las armadoras y menos a sus proveedores de la industria automotriz, a cumplir con un reglamento o ley que regule en nuestro país los llamados a revisión, ni tampoco existe una autoridad que obligue a las empresas a mostrar públicamente y frente a la opinión pública, si los vehículos involucrados en los llamados a revisión ya fueron reparados o no, dejando indefensos a los consumidores por la falta de una política pública que nos proteja.
En la Unión Americana se tiene un riguroso registro de esto, y tomando en cuenta los procedimientos obligatorios para realizar un llamado a revisión, la efectividad apenas alcanza en promedio de 40% de reparaciones del total de los vehículos relacionados. Esto quiere decir que ,no obstante que las armadoras contacten a los propietarios, y utilicen masivamente los medios de comunicación para hablar sobre los vehículos que tienen un llamado a revisión, sólo poco más de una tercera parte acudirá a reparar la unidad.
En México la respuesta del público debe ser mucho menor; sin embargo, no es posible saberlo, porque es una caja negra, porque si bien algunas armadoras, que no todas, emiten sus llamados a revisión, también es cierto que no hay seguimiento a la efectividad de los mismos por ninguna autoridad.
Así que sí usted posee uno de los vehículos de las marcas involucradas con Takata, que por cierto fábrica en México estas bolsas de aire defectuosas, es probable que nunca nos entremos, por lo que urge la creación de una agencia de seguridad vehicular en nuestro país que obligue a las armadoras a reportar abiertamente sobre sus llamados a revisión y la efectividad d los mismos. Los medios de comunicación especializados en México, hasta ahora no le han prestado la debida atención a este caso.
¿A quién le interesa los llamados a revisión? ¡A mí sí!
*Mauricio Kuri es director de Fondo Unido México. Catedrático de RP y comunicación estratégica en el ITESM. Especialista en el sector automotriz.