Miles de empleos están en riesgo por la caída del petróleo
El desplome del precio del petróleo podría destruir miles de empleos bien remunerados en Estados Unidos y el mundo.
Las malas noticias ya comenzaron a fluir esta semana: Halliburton afirmó que planea recortar 1,000 puestos de trabajo debido a la deprimida situación del mercado petrolero, y la británica BP anunció un número indeterminado de despidos como parte de un plan de reestructuración de 1,000 millones de dólares. Y seguramente se darán más despidos.
El lunes, ConocoPhillips fue la primera gran petrolera estadounidense en revelar que reducirá su gasto para 2015, una decisión que el director general describió como “prudente dado el entorno actual.”
Es cierto que la pérdida de empleo aún no se ha generalizado. El petróleo tendría que caer mucho más para muchas compañías del ramo dejaran de ser rentables.
No obstante, hay razones para preocuparse. El auge del petróleo de esquisto en Estados Unidos se ha vuelto un pilar clave de la economía en los últimos años, creando empleos bien remunerados en un momento en que otras industrias reducían personal.
De acuerdo con Fátima Iqbal de Azzad Asset Management, más del 15% del incremento total del empleo desde el inicio de 2008 han provenido de la industria de la energía, a pesar de que constituye menos del 1% del empleo del país. “Una crisis prolongada en el sector de la energía puede poner en peligro esos puestos de trabajo,” dijo.
Fadel Gheit, analista de petróleo y gas para Oppenheimer & Co., es mucho más pesimista. Él piensa que numerosas compañías energéticas están divorciadas de la realidad. “Todo el mundo habla del barril a 75 dólares... tal vez vivan en otro planeta,” expresó, pues el petróleo actualmente se cotiza en torno a 58 dólares.
Y basa su razonamiento en lo siguiente: Arabia Saudita, el mayor productor de la OPEP, está basando su presupuesto nacional en un precio de 60 dólares. Kuwait, otro peso pesado de la Organización, está calculando su presupuesto con base en los 55 dólares. Eso significa que prevén que los bajos precios persistirán en el largo plazo.
Si bien Gehit prevé pocos despidos en la industria en los próximos meses, cree que las cosas se pondrán mucho peor antes de componerse. “Las compañías no quieren sobre-reaccionar. Quieren esperar hasta que se asiente el polvo, pero los ánimos siguen revueltos,” explica. “El optimismo a ultranza no es una estrategia, es engañarse.”
Aunque muchos analistas piensan que, en la industria, las pequeñas empresas con grandes deudas serán las principales víctimas de los bajos precios del petróleo, Gheit sostiene que las grandes firmas también deberían estar nerviosas.
Asegura que por norma general, por cada caída de 10 dólares en el petróleo, una empresa como Exxon Mobil pierde 4,500 millones de dólares en ingresos anuales. Y dado que el petróleo se ha desplomado más de 40% en los últimos meses, las matemáticas no lucen halagüeñas.
Si el petróleo se mantiene bajo, serán inevitables más fusiones y recortes de gasto de capital, anticipa Gheit. Ambos probablemente se traducirán en despidos.
“Me gustaría tener una fórmula para saber cuándo se detendrá esta hemorragia. Hay que planear para lo peor y esperar lo mejor".