BLOG: Del ingenio a la ingeniería
Desde que tengo uso de razón he escuchado del ingenio del mexicano. Lo he visto, y a pesar de ello, por diversas circunstancias, todo ese cúmulo de destrezas no ha conseguido dar muchos frutos y la ingeniería mexicana es hoy una de las mayores asignaturas pendientes en nuestro desarrollo.
Existe también un mecanismo que he visto operar en al menos una decena de ocasiones y como todo evento tiene más de una perspectiva para el análisis. Este mecanismo simple es el de la solución de un problema, pensemos particularmente en la industria, la que ustedes imaginen.
Comienza como la mayoría de las grandes realidades con una idea pensada para satisfacer una necesidad o en este caso un problema que requiere ser resuelto. Al cabo de unos minutos (en ocasiones horas) la solución temporal está lista y trabajando. ¡Hemos resuelto un problema!.
… Y ahora, ¿Qué vamos a hacer con esta solución?
En un porcentaje no menor estas correcciones provisionales operan de por vida, afortunadamente en la mayoría de los casos ocurre una segunda intervención para complementar la acción adaptativa y se desarrolla una solución formal y definitiva, una mejora.
La dinámica de la industria requiere en diverso grado, calidad, frecuencia y nivel de precisión en este tipo de acciones. Hay quienes lo siguen viendo como una mala práctica; finalmente siempre será mas fácil descalificar estas acciones y etiquetarlas, antes que poner recursos y enfoque práctico para convertirlas en una herramienta productiva.
Hay quienes simplemente no las ven, lo importante es el resultado, la continuidad de la operación, la rentabilidad del negocio. También hay quienes con una visión diferente y un poco de seguimiento lo llevan al siguiente nivel y lo incorporan a su sistema de mejora continua.
Desafortunadamente a la fecha he visto muy pocos casos en los que se saque el mayor jugo posible a esta dosis de ingenio.
Puedo asegurar que muchos de nosotros hemos visto excelentes ideas o conceptos aplicados en alguna de esas correcciones, re-diseños, soluciones temporales, ingeniería de “piso” o como gusten llamarle. Lamentablemente las asignaciones de trabajo, las necesidades del negocio, la falta de recursos o las limitaciones estructurales de la mayoría de las empresas no ofrecen un camino abierto para explorar, madurar y aplicar esas ideas de las cuales podrían emerger como consecuencia desde simples herramientas y/o procesos hasta dispositivos y maquinaria compleja. En otras Palabras Tecnología hecha en México.
Por otro lado les aseguro también que muchos de nosotros hemos visto a terceros quienes si han aprendido a dar valor esas ideas y se han dado los recursos para captarlas, enriquecerlas y apropiarse de ellas; tomar esos conceptos y llevarlos a sus centros de desarrollo para regresar unos meses después y ofrecernos un producto, accesorio o mejora que nació en nuestro propio piso a un precio de primer mundo.
Entonces ¿Que nos falta? Creatividad, sentido práctico, técnica, voluntad, conocimiento, experiencia y sobre todo necesidad las tenemos. Analicemos entonces los posibles obstáculos entre nuestra capacidad de generar ideas y la realización de las mismas entendiendo que me refiero específicamente al desarrollo tecnológico.
Deberíamos tal vez analizar nuestros modelos educativos habrá que darles un giro y reorientarlos al menos en las especialidades afines a la industria dándole mayor peso a los procesos de inventiva sobre el actual enfoque de servicios y modelos de negocio.
¿Porque no simplificar nuestro sistema de registro/control de la propiedad intelectual y ponerlo al alcance de todos? Pareciera que el proceso actual de registro de patentes esta pensado para desalentar a quien pretende registrar y proteger sus ideas.
Desde una perspectiva personal, tenemos nuevamente la opción de impulsar el desarrollo tecnológico y por añadidura el comercial a través del establecimiento y fortalecimiento de cada uno de los conceptos antes mencionados.
También será importante que le demos oportunidad a quienes desarrollan tecnología de manera local sin importar el tamaño de la solución requerida, tal vez nos llevemos más de una agradable sorpresa.
Estoy seguro que con las herramientas y los mecanismos necesarios en marcha podemos convertir todo ese ingenio tan mexicano en proyectos y de ahí a sólidas realidades que no solo generarían riqueza intelectual y propiedad industrial sino negocios y trabajo.
Estamos pues, frente a una nueva oportunidad de privilegiar la inventiva y la creatividad en tiempos en que el mercado y la sociedad nos han demostrado que las ideas grandes y pequeñas tienen más valor que nunca.
*El autor es Ingeniero en Sistemas Electrónicos. Tiene experiencia en áreas de mantenimiento, control y automatización en las industrias automotriz y del plástico, entre otras. Actualmente es consultor independiente en temas de administración de proyectos y automatización.