Terrorismo ataca la industria minera en Colombia
El tren de la mayor mina de carbón de Colombia sufrió un nuevo ataque con explosivos, el segundo en 10 días, atribuido por las autoridades militares a la guerrilla de las FARC, causando una paralización temporal que no afectó la producción ni las exportaciones, informó el miércoles la empresa.
El atentado, que no dejó muertos ni heridos, se registró al anochecer del martes, en el departamento de la Guajira, en el noreste del país.
"Una carga explosiva detonada a la altura del kilómetro 15 ocasionó el descarrilamiento de siete de los 123 vagones. Este es el segundo ataque terrorista en los últimos diez días con impactos al tren", dijo la mina Cerrejón en un comunicado.
El sistema férreo había reanudado sus operaciones recientemente después de un ataque similar que también fue atribuido a rebeldes de las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que tienen presencia en la región.
El país sudamericano es el cuarto exportador mundial del mineral y Cerrejón es una de las tres mayores carboníferas del mundo, con una mina situada en el norteño departamento de La Guajira.
Cerrejón -propiedad en partes iguales de Anglo American, BHP Billiton y Xstrata- es una mina a cielo abierto que produce más de 34 millones de toneladas de carbón térmico al año.
El complejo, que sufrió una huelga de sus trabajadores de un mes a comienzos del año, incluye un ferrocarril de 150 kilómetros y un puerto marítimo que recibe barcos de hasta 180.000 toneladas de carga y emplea a 14.000 personas.
Las firmas propietarias están invirtiendo 1.300 millones de dólares con la meta de aumentar las exportaciones a 40 millones de toneladas hacia finales del 2015.
La línea férrea de la carbonera ha sufrido numerosos ataques desde el inicio de sus operaciones, de los cuales han responsabilizado a las FARC, que actualmente sostienen en Cuba una negociación de paz con el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos, proceso que se cumple en medio de la confrontación dentro del conflicto interno de casi medio siglo.
Ese grupo guerrillero lanzó en las últimas semanas una ofensiva contra la infraestructura petrolera, minera y energética del país de 47 millones de habitantes que mantiene paralizado desde hace varios días el bombeo por el oleoducto Caño Limón-Coveñas, el segundo más importante de Colombia.
Ese oleoducto es usado por la estadounidense Occidental Petroleum Corp para exportar el crudo que produce en su yacimiento del departamento de Arauca, en el noreste del país, cerca a la frontera con Venezuela.
Varias poblaciones del suroeste de Colombia, incluido el Puerto de Tumaco, sobre el Océano Pacífico, se encuentran sin energía eléctrica a consecuencia del derribamiento de varias torres de conducción por parte de los rebeldes.
La producción de carbón y petróleo son dos de las principales generadoras de recursos de la quinta mayor economía de América Latina, que sólo el año pasado recibió más de 16.000 millones de dólares en inversión extranjera directa, la mayor parte hacia esos sectores.