La expansión de la clase media peruana ha abierto oportunidades de mercado, reconoce la diseñadora Ana María Guiulfo, así es como se explica que las propuestas de calidad hayan tendido tan buena acogida nacional, fuerza que también los proyectó en el extranjero.
En agosto de 2004 Guiulfo lanzó su primera colección inspirada en el Oriente y desde ese momento su carrera ha sido imparable, presentando diversas e interesantes propuestas en pasarelas de ciudades como París, Miami, Puerto Rico, Punta del Este y Lima.
“La globalización es una tendencia imparable, pero en esta fuerza lo masivo le ha restado originalidad a la ropa. Por eso es que ahora resulta tan atractivo para las industrias de todos los tamaños estas prendas singulares. Lo artesanal cobra relevancia”.
Diseñar para las clases medias en puja y para la mujer contemporánea. Mezclar lo tradicional con la vanguardia para llevar propuestas. Abrevar en distintas fuentes de inspiración –que en el caso de Ana María es la pintura, de acuerdo con lo que comenta a Manufactura– para lograr diseños que sorprendan. “En viajes recientes he tomado mucha de mi inspiración en los años 60, ahí es como del romanticismo moderno. De ahí mis colores vibrantes como hilo conductor, especialmente el azul y el fucsia”.
Los hilados andinos se han entretejido con estas visiones de producción textil para liderar mercados y abrir paso a sus productos. Los presenta como parte del mosaico cultural y comercial de Viva Perú –organizado por la empresaria Ingrid Yribarren–. La propuesta ronda de nuevo en las sobremesas y foros económicos: hermanar de alguna forma las labores en México con las propuestas sudamericanas.
De hecho, la mezclilla nacional es un producto interesante para Perú, por lo que próximamente el país podría aprovechar el acuerdo de integración comercial entre ambos países para exportar este textil al país andino.
