Revolución 3D marcará el fin de la producción en serie
El diseño y la impresión en tercera dimensión (3D) hacen posible que cada vez más se personalicen los objetos y se abandone la producción en serie, un cambio de paradigma que los promotores de esta innovación tecnológica llaman la tercera revolución industrial.
Fabricar objetos tan comunes como lentes, zapatos, juguetes y herramientas, hasta aquellos que requieren un proceso de manufactura más sofisticado, como maquetas arquitectónicas, prótesis médicas, autopartes de aviones y automóviles, es posible con la utilización de un programa de diseño para computadora y una impresora en 3D.
En el marco del lanzamiento de la estrategia conjunta de las empresas Stratasys y Autodesk para acercar sus productos a los consumidores, Martín Carcaño, representante de la firma desarrolladora de software, dijo que la tecnología hará posible que en 10 años aproximadamente se adquiera un archivo con el diseño de un artículo.
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O bien se diseñe, para luego fabricarlo en una impresora de este tipo en lugar de comprar el objeto, dijo el directivo de Autodesk.
Señaló que desde su nacimiento en 1982 Autodesk impulsa la evolución de un software más amigable con los profesionales del diseño y para que cualquier persona interesada en crear lo haga por medio de aplicaciones gratis.
Carlos Ramírez, gerente de Stratasys para México, América Central y el Caribe, expuso a su vez que los beneficios de esta tecnología radican en una mayor rapidez y en la disminución de los costos en la forma en que se lleva un producto a los consumidores.
Refirió que el funcionamiento de las impresoras 3D es similar al de aquellas que se emplean en la oficina o el hogar.
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La diferencia es que este tipo de impresoras construyen los objetos capa por capa, mediante líneas finas de derivados del plástico, como fotopolímeros líquidos o resinas, derretidos que se solidifican con luz ultravioleta en la medida que se depositan.
Añadió que la firma, que tiene sus oficinas centrales en Estados Unidos e Israel, ha colocado 300 impresoras 3D en México, entre las que destacan las más grandes del país instaladas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).