Los sucedáneos se apoderan de la cocina
Ante las crisis económicas y la necesidad de abaratar los costos de los alimentos, el uso de sucedáneos –como queso, leche, chocolate y hasta carne-, se ha incrementado en la elaboración de alimentos, ya que su precio es hasta 40% menor que los alimentos naturales, afirmó Abraham Bleir, vicepresidente de Relaciones Gubernamentales de la CANIRAC.
Un sucedáneo es un producto que, sin fines engañosos o fraudulentos, pretenden sustituir total o parcialmente un alimento, según la definición del Código Alimentario de España.
Bleir agregó que estos alimentos, elaborados a través de procesos químicos, no son genuinamente naturales y contienen un aporte nutricional deficiente, pue no contienen la misma cantidad de proteínas, vitaminas, grasas y nutrimentos.
Por ejemplo, los sucedáneos de chocolate están elaborados a base de grasas vegetales y no de manteca de cacao, leche y azucares. Sin embargo, en un mismo anaquel se colocan productos elaborados con cacao y con sucedáneos, sin que el cliente pueda distinguirlos a simple vista.
El también presidente de Grupo Garabatos explicó que la mejor manera de saber si es chocolate o sucedáneo es sostenerlo en la mano; el cacao se derrite con la temperatura corporal, mientras que el otro se mantiene sólido. Incluso, dijo, por eso se utiliza para la cobertura de helados y paletas.
En el caso del sucedáneo del queso, éste es más ligoso al paladar y no tiene los nutrientes que el queso elaborada con leche de vaca. Lo mismo sucede con los mangos con chile, que muchas veces no es fruta deshidratada, sino dulces de goma enchilados.
Su mercado se ha ampliado debido al bajo costo, derivado de la necesidad del consumidor por comer a menor precio y de los restaurantes para vender más barato, dijo Bleir.
Pero también se convirtió en na alternativa para los vegetarianos, veganos y los no vegetarianos que desean reducir el consumo de alimentos de origen animal por motivos de salud o éticos.
Sin embargo, no se toma en cuenta que su uso indiscriminado poder traer consecuencias a la salud, ya que no procuran sensación de saciedad al organismo, y no proporcionan las vitaminas, proteínas y grasas si se utilizan por un largo período, apuntó explicó Adriana Pinzón Navarro, miembro del departamento de Servicio de Gastroentorología y Nutrición del Instituto Nacional de Pediatría
Al respecto, Bleir señaló que estos productos no son malos, siempre y cuando el consumidor sepa que está comiendo un sucedáneo y tenga la información necesaria para elegir adecuadamente, y no sólo guiándose por el precio.