Buena mesa en Playa del Carmen
Tú relájate. Es la frase más repetida en Playa del Carmen y también la más grande mentira. La verdad es que este lugar está diseñado para divertirse, comer, disfrutar, hacer catarsis, irse de farra, comer de nuevo, curarse la resaca, botanear un poco y, entonces sí, buscar el estado zen.
La gente local la llama el Down Town de la Rivera Maya. Es el destino de los viajeros deportivos de Cozumel, de los que se alojan en los hoteles all inclusive y de los que buscan el espacio idílico de una ciudad: con la playa a unos pasos de buenas alternativas para comprar, beber y comer.
Come frutos… del mar
Primer punto indispensable: detenerse en alguna cebichería, marisquería o palapa. Las hay a manos llenas pero sólo son dos las emblemáticas: Los Aguachiles (de tradición) y La Fishería (de novedad) dónde se puede hacer una pausa entre visitas al mar.
Los Aguachiles (los originales de la calle 34 o los de Constituyentes) son famosos gracias a una suma de factores. Es el lugar con más años de Playa, el primero que ofreció pescados y mariscos preparados con más ingredientes que la catsup, el cilantro y la cebolla. Además, puedes ir en chanclas, con el traje de baño puesto sin que te juzguen y, el factor más importante: el aguachile negro de camarón y callo de hacha o los figurines (tacos de lechuga fresca con camarón o atún laminado, aderezo y semillas de mostaza) son ideales para el clima de la playa. Una cerveza helada para acompañar, maridaje perfecto.
En la Quinta Avenida está La Fishería, igual a la que Aquiles Chávez (estrella de televisión de cocina) abrió en Estados Unidos. La mayoría dice que se sienta a comer sólo por conocer al chef, pero nadie pone resistencia a sus famosas margaritas hechas de la manera clásica con tequila, su “vuelve a la vida caliente” (en lenguaje común es un caldo de mariscos hecho en el momento) y a los sopesitos de pulpo braceado con chicharrón prensado.
En boca de todos
Ya sea porque Maíz de Mar es de Enrique Olvera (Pujol) o porque Jair Tellez, de MeroToro, asesora la carta de Almirante Pech o porque son propuestas culinarias más contemporáneas; estas alternativas son las nuevas apuestas de Playa.
Estos dos locales están en al esquina de la 30 y la Quinta Avenida. Maíz de Mar tienen un menú marcado con el sello sutil, refinado y acidito de Olvera. Alberto, gerente a cargo del restaurante, dice que algunos comensales notan similitudes con Pujol. Todos los platos te llevan al mar y la gente tiene sus favoritos. El aguachile de pulpo con habanero tatemado que tiene un ligero sabor a ceniza y un pulpo perfectamente cocinado (nada duro, pero consistente) es el que más buscan por los turistas, mientras las láminas de pescado bañadas con jugo de elote, jalapeño, gajos de naranja y sal de gusano son las preferidas de los locales, que han desarrollado una preferencia por los guiños orientales en los platos.
Mientras tanto, en el local de junto está Almirante Pech, un lugar inspirado en una leyenda: se cuenta que un navegante llegó de tierras lejanas a Playa para mayamisar y llenar de sabor la zona. De esta historia surge el menú del Almirante Pech. Una mezcla de sabores de la región (naranja agria, relleno negro, camarones de Campeche, achiote, cerdo pelón…), con buenas carnes y pescados.
Aquí se debe hacer una parada con el estómago vacío, porque las porciones son vastas. Probar el relleno negro hecho con lomo de cerdo cocido en leña en una tortilla, el tabule con granos de elote, queso, tomate y cebolla, o los panuchos de jaiba rellenos de frijoles y con un poquito de salsa de habanero son platillos ideales para compartir y botanear mientras se toma un buen mezcal.
Para endiablados
Esta es una opción a descartar si pretendes cortar la fiesta temprano. Diablito Cha Cha Cha se encuentra en la conocida y musical calle 12. La regla de este lugar es no salir sin un jamaicón encima -una bebida hecha con mermelada de jamaica, limón, chile piquín y mezcal Papadiablo- o, de menos, con una copa de vino.
Todas las noches tiene DJ que mezcla música electro pop de una manera que hace sentir que estás escuchando lo más underground del electrónico. A las siete de la noche, parece que el lugar jamás se llenará (tiene una barra enorme al centro y dos salas: una con mesas y otra con sillones). Pero si pretendes entrar después de las nueve, es probable que la barra sea el único lugar disponible. Su mayor atractivo son los cócteles de la casa que son acompañados de sushi y tiraditos de salmón y atún.
Al despertar
Aunque parece que los comercios dedican la vida al turismo nocturno, Playa tiene opciones para los que gustan de tomarse un café con un pan antes de empezar el día además de los tres Starbucks que hay, y de los varios Ah Cacao de la Quinta Avenida.
Un buen ejemplo es Chez Celine, ubicado sobre la avenida principal y la 34, que ofrece una panadería francesa de calidad. El mejor es el croissant de almendra con chocolate que va perfectamente con un latte hecho con grano nacional. Pero el infaltable es el Croque-Madame. Un pan de miga, con jamón ahumado a la leña, queso y salsa bechamel. Si la combinación resulta incompleta, se puede agregar un huevo estrellado sobre él. Es el desayuno consentido de los tempraneros que disfrutan de la playa desde las primeras horas del día.
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