Mascotas buscan su propia industria
El mundo de las mascotas se ha sofisticado —al menos el de los perros y los gatos—. Ahora no basta un champú antipulgas o uno que simplemente limpie su pelaje, sino que existe una gama de productos diseñados para distintas necesidades, casi como los humanos.
Alejandro Ahuad, director general de Peto México, una cadena de tiendas de productos para mascotas, dice, por ejemplo, que ellos tienen cerca de una veintena de distintos champús que responden a distintas necesidades de perros y gatos.
“Es mucho el estilo de vida del humano que acaba reflejándose en las mascotas. Son productos que funcionan mientras más natural sea, como nos pasa a los humanos más tranquilo estás menos problemas y menos reacciones, menos alergias”, dice.
De acuerdo con Ahuad, esta tendencia ha causado que se fabrique una variedad de productos de aseo de mascotas con fórmulas naturales —algunas orgánicas— que satisfagan el mercado.
Por ejemplo, el desarrollo de champús con determinados olores o distintas propiedades dependiendo del tipo de mascota, sus hábitos y el gusto de los clientes.
“Tenemos un facial de blue berry (mora azul) que no sólo hace que huela bien la cara (de la mascota) sino que te ayuda a eliminar el óxido que se forma por las lágrimas, ya que la blue berry es un antioxidante natural”, dice Ahuad.
Los productos utilizados en Petco se desarrollan y fabrican en Estados Unidos y son importados para su uso en salones y estéticas para mascotas.
En el caso de Petco, tanto la tendencia de productos más sofisticados para mascotas y la capacitación de sus empleados para aplicarlos en sus salones también fue traída de Estados Unidos.
De esta manera también se ofrecen servicios en México que son más elaborados, como masajes, tratamientos antiestrés —también con la aplicación de productos desarrollados y fabricados en el extranjero— y hasta cuidado y decoración de uñas en perros y gatos; servicios similares a los de un spa para humanos.
Un servicio de este tipo —de baño y arreglo de mascotas— puede variar entre 120 pesos y hasta 300 pesos, dependiendo del tamaño del animal.
