Crecerá déficit de maíz, avena y otros cereales en México
A pesar del crecimiento de la producción agrícola en cereales como maíz, avena, sorgo, centeno y otros, el déficit de la balanza comercial de México se incrementará en casi 20% para el 2024, estiman la OCDE y FAO.
De acuerdo con su reporte Perspectivas Agrícolas 2015 a 2024 , para cierre de este año, el país importará cerca de 12,9 millones de toneladas de los llamados cereales secundarios, pero para 2024 la cifra subirá a 15.4 millones.
Al hacer la revisión sobre la demanda y producción de cerca de 34 productos agropecuarios del país, las organizaciones internacionales, ubican que en al menos 14 productos México no tendrá una producción autosuficiente.
Los productos con mayor déficit son los cereales secundarios, seguidos por el trigo que en este año tendrá un déficit de 2.9 millones de toneladas, aunque se espera se reduzca a 2.5 para la siguiente década; de jarabe de maíz con alta fructosa, que tendrá una balanza comercial deficitaria de 1.1 millones de toneladas en 2015 y pasará a casi 1.5 millones en la siguiente década.
Así como arroz, aceites vegetales, productos de cerdo y aves de corral, alimentos con proteína, queso, leche, mantequilla y etanol entre otros.
De acuerdo al análisis financiero de la firma Rabonank, la producción de granos en el país enfrenta dificultades para mejorar su crecimiento, principalmente en el maíz, debido a la contracción de la demanda de maíz blanco de consumo humano y amarillo para forraje, así como el crecimiento de sus importaciones.
En los productos donde la balanza comercial será favorable, destaca la azúcar con más de 2 millones de toneladas, seguida por la malaza y el algodón.
Con la reprivatización de los ingenios azucareros, el sector se espera incrementar las exportaciones y entrar a los mercados de producción de biocombustibles, cogeneración de energía.
A nivel mundial, la OCDE y la FAO estiman que en la siguiente década habrá un incremento en los precios de los cereales secundarios y oleaginosas, al ubicarse como alimento para la ganadería, la cual anticipan incrementará su demanda en la medida que la economía global se recupere y se acelere la urbanización de los países en desarrollo.
