Y el hombre... hizo los Nacimientos de barro

Nacimientos tradicionales hechos de barro, rústicos o con vívidos colores; otros con elementos propios de la cultura mexicana, e incluso “Árboles de Nacimiento" ―inspirados en los conocidos árboles de la vida― son algunas de las creaciones de los artesanos de Metepec.

Leer:  Las guitarras de Paracho, un producto de precisión

“Aquí hacemos desde nacimientos miniatura, con cinco centímetros de altura, hasta esculturas que llegan a los tres metros; además de los 'Árboles de Nacimiento’, que fueron un clásico original de mi tío Timoteo”, relató el artesano mexiquense Miguel Ángel González Mesillas.

“Este taller fue fundado por mi papá hace como 49 años, pero la tradición artesanal viene de varias generaciones atrás, desde mis bisabuelos. Solo que ellos hacían otro tipo de artesanías como ollas, jarros, cazuelas, entre otras. Por la década de 1940, mi tío comenzó con los árboles de la vida, nacimientos, calaveras, soles, es decir, le dio un giro a la artesanía del lugar”.

Leer:  El taller de talabartería que trabaja con pieles exóticas

Al entrar al espacio de trabajo de Miguel Ángel González ―donde le ayudan dos personas además de su esposa, sus hijos y su padre―, se encuentran, en medio de un olor a barro, desde diminutivas figuras, hasta alebrijes a gran escala, catrinas-calabaza, e imágenes religiosas, sin olvidar los tradicionales nacimientos que adornan los hogares de México y el mundo.

“Por lo general el pedido cuenta con 15 piezas: la Virgen, San José, el ángel, los tres reyes magos, dos pastores, un toro, una mula, el niño, dos borregos y dos chivos, aunque a veces pueden llevar hasta 20 figuras si así lo quiere el cliente”, comenta Miguel Ángel González.

Leer:  Esferas mexicanas adornan Navidad en el mundo

Los visitantes pueden adquirir nacimientos desde 1,000 pesos, con una altura de 15 centímetros, o de 1,800 pesos cuando son de 30 centímetros, aunque también se pueden hacer pedidos de piezas de 80 y 90 centímetros.

“Aquí he hecho nacimientos de todos tamaños. Hace tres años hice uno para Galerías Guadalajara, cada pieza medía tres metros, además de otros con características muy peculiares. Para la Casa Azul de Frida Kahlo, en Coyoacán, hice uno con la particularidad de que todos los pastores eran representaciones de obras de Diego Rivera”, refiere el artesano.

40% de clientes son extranjeros

Cada pieza de barro que crea Miguel Ángel González, ya sea de pequeña o de gran escala, se realiza con el procedimiento tradicional: “se muele el barro, se hornea, se deja en polvo, se revuelve con agua y plumilla, que es la flor de tul, para que el barro sea resistente".

Leer:  Con estas luces de bengala no te quemarás

Una vez que se trabajan y están secas, las piezas se meten al horno. La temperatura oscila entre 700 y 800 grados. Ya afuera, están listas para decorar y pintar, “algunos con colores vivos, otros ocres o a hay gente que no le gusta el barro pintado y lo dejamos así natural”, comenta el artesano.

El pequeño empresario compartió que este 2017 ha tenido pocos pedidos, lo que se debe a que muchos de sus clientes son extranjeros que visitan Metepec a lo largo del año, por lo que se llevan nacimientos desde febrero hasta octubre.

Recomendamos:  AMLO, Meade y Anaya, unidos por una cerveza

“No hay una parte del mundo para donde no hayamos hecho una pieza: Europa, Asia, Latinoamérica. En todos lados nos hemos expandido gracias a la revalorización que personajes como Diego Rivera y Frida Kahlo dieron a la artesanía mexicana, tanto para el propio país como a nivel internacional. Ahorita puedo decir que hay 60% de compradores mexicanos y 40% del extranjero”, asegura Miguel Ángel González.

El artesano sostiene que el valor de un nacimiento de barro va más allá de su costo económico, debido al trabajo humano invertido.

Leer:  ¿Cuántas variedades de Pan de Muerto existen en México?

“Quien obtenga un nacimiento artesanal tendrá una figura única y original, porque cada que un artesano hace una creación tendrá características diferentes, nunca será igual a otra; por lo tanto, (el consumidor) contará con piezas que nadie más podrá tener”, concluye Miguel Ángel González.