Más allá del bullying
El 3 de noviembre de 2020 habrá elecciones en Estados Unidos y una vez más el presidente Trump utilizará a México como trampolín electoral. Atacar al vecino del sur y radicalizar su discurso contra la pérdida de empleos, lo mucho que México "abusa" de EU, lo peligrosa que es la migración de los 'bad hombres' y las amenazas arancelarias serán una frecuente espiral que pesará sobre las relaciones político-comerciales
de la industria en México.
El primer aviso vendrá alrededor del 25 de julio cuando venza el plazo de 45 días 'pactados' por la cancillería mexicana para evaluar la imposición arancelaria a las importaciones desde México por su 'inacción' frente a la migración y la probable ofcialización de México como tercera frontera más segura. Pero sin duda seguirán otras amenazas para conseguir votos con sus exhibiciones de bullying hacia México, que al menos por ahora ha mostrado que responde al intento de abuso con poca estrategia y mucha sumisión.
Pero esto no es lo único, en los siguientes dos años habrá una amenaza más: la baja demanda comercial derivada de una desaceleración de la economía de Estados Unidos que según las proyecciones del Banco Mundial se reducirán de 2.5% de crecimiento en el PIB en 2019 a sólo 1.7% en 2020.
Diversifcar mercados es lo correcto, pero quizá conviene saber que la zona Euro también descenderá a 1.4% en los años 2020 y 2021. Por ello los mercados para diversifcar exportaciones quizá estén en Asia: China, Corea del Sur y en general el sureste asiático. También hay buenas opciones en economías emergentes que sí crecerán en los siguientes 24 meses al pasar de 4% a 4.6%.
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Aunque de acuerdo con el Banco Mundial no es el caso de México, pues el vaticinio de crecimiento para los siguientes dos años bajó de 2% en 2019 a sólo 1.7%; y de 2.4% a sólo 2% en 2020. Y entonces, ¿existe una salida?
Sin duda: aumento de la productividad, innovación y una mejor estrategia de valor agregado. La manera de ser más relevante en las exportaciones es resolver necesidades con mejores productos a menor costo y no por la mano de obra, sino por la aplicación de tecnología.
La industria manufacturera en México poco puede hacer ante las bajas expectativas de crecimiento global causadas en parte por el alto endeudamiento de las economías en desarrollo, la disparidad del ingreso causado por las malas políticas fiscales y el resquebrajamiento del mapa geo-económico y comercial global (Brexit, guerra comercial China-EU) promovido por decisiones nacionalistas y populistas de parte de los líderes del mundo.
Lo que pueden hacer las empresas, incluso de manera colectiva, es repensar sus esquemas de negocio, sus economías de escala, sus prioridades de producción e incluso cómo transformar sus mercados en pos del
cambio que también trae consigo la economía digital.
Las empresas que tomen las decisiones correctas serán las que sobrevivan a las tempestades del bullying.
Las empresas que mejor logren leer a los mercados y aprovechen mejor sus necesidades serán las que se sobrepongan a estos baches de la economía, así que vale la pena alzar la mirada por encima de la coyuntura y
empezar a ver el horizonte con mayor objetividad.