El prohibido y rentable mercado de cigarros electrónicos
Aunque la venta y consumo de cigarros electrónicos está prohibida en México y en Estados Unidos, la popularidad de estos productos es cada vez mayor, al considerarlo una alternativa para dejar el tabaco tradicional.
El artículo 16 de la Ley General para el Control del Tabaco prohíbe el comercio, venta, distribución o promoción de cualquier objeto que no sea un producto del tabaco, pero que contenga alguno de los elementos de la marca, que tenga un diseño o señal que lo identifique con cualquier producto de tabaco.
Si bien no se tienen datos exactos sobre las ventas de este tipo de cigarro -ya que no tiene un registro sanitario ante la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris)-, la dependencia decomisó, hasta mayo de este año, 489 cigarros electrónicos y aplicó multas por 1.2 millones de pesos.
Sin embargo, las tiendas comerciales ofrecen este producto en sus anaqueles. Javier López Antuñano, presidente de la Alianza contra el Tabaco (ACTA) señaló que este producto cada vez tiene más aceptación, sobre todo entre los jóvenes, quienes lo han adoptado como una moda y que además les permite fumar dentro de establecimientos mercantiles, “ya que no es un cigarro”.
Además de que existen páginas de internet especializadas en la venta de cigarros electrónicos, quienes lo ofrecen como una medida para dejar de fumar. El portal cigarroselectronicos.com.mx asegura que en dos años ha comercializado más de dos mil cigarros, “debido a su alta efectividad contra otras formas de dejar de fumar”, sin causar problemas a la salud de los clientes.
El precio de este producto oscila entre los 500 y los mil 300 pesos, dependiendo el país de origen. En el portal ya mencionado se indica que los mejores proveedores están en China, que ofrecen un mejor precio y un producto de buena calidad.
No obstante, el cigarro electrónico puede causar más muertes que uno tradicional, subrayó López Antuñano, debido a l poder adictivo que genera la nicotina al vaporizarse con glicol de propileno, un líquido irritante que funciona como combustible y permite la sensación de estar fumando un cigarro real.
La Cofepris coincide, ya que no existe evidencia científica de que el cigarro electrónico o vapeador es una alternativa médica para dejar de fumar. “Al contrario, por su contenido de sustancias tóxicas es un riesgo a la salud humana”, subraya la dependencia en la última campaña contra este producto.
La creciente demanda y uso de este dipositivo llegó al Congreso de la Unión, donde los senadores del PRD presentaron un punto de acuerdo para impedir el ingreso de los cigarros electrónicos y se apliquen medidas más rigurosas a aquellos que los comercializan, así como una campaña para difundir los riesgos sobre su uso.