Sector petrolero se roba el talento de otras industrias
En las ciudades del auge petrolero de Dakota del Norte, Texas y Colorado hay una gran demanda de nuevas viviendas; pero no hay nadie para construirlas.
Esto se debe a que las empresas de construcción siguen perdiendo trabajadores calificados ante compañías petroleras, que están ofreciendo grandes bonos y sueldos de seis cifras.
Incluso cuando un trabajador de la construcción es recientemente contratado, no pasará mucho tiempo antes de que sea seducido por una compañía petrolera, dijo Granger MacDonald, propietario de MacDonald Companies, una empresa constructora de casas en Kerrville, Texas.
Los reclutadores incluso merodean en las paradas de camiones y ofrecen a los conductores 10,000 dólares en bonos de contratación para ocupar puestos de trabajo de conducción para las empresas petroleras, dijo. Algunos conductores abandonan sus cargas en el lugar, dejando que alguien más se ocupe de terminar la entrega de las mercancías.
“Si pasas una prueba de drogas y tienes una licencia para conducir camiones, puedes ganar 100,000 dólares al año conduciendo un camión petrolero”, dijo MacDonald.
Con tantos carpinteros, plomeros, electricistas y otros trabajadores de comercio que ahora trabajan para las compañías de servicios petroleros, los constructores tienen que volver a contratar y entrenar personal constantemente.
"Un proyecto que debía tomar 14 meses, ahora toma 20”, dijo MacDonald. “Tendré 20 trabajadores en un equipo en Midland, Texas, en el corazón de la mancha de aceite, y la próxima semana, sólo 10 aparecerán. Contrataré de nuevo a 20 otra vez y una semana más tarde de nuevo serán sólo 12”.
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Las cosas son aún peores en Williston, Dakota del Norte, donde el auge del petróleo ha atraído a tantos recién llegados que hay una gran escasez de viviendas y muchas personas se ven obligadas a vivir en caravanas, autos, e incluso en tiendas de campaña.
Terry Meltzer de Granite Peak Developmnent en Williston está tratando de traer trabajadores para construir las muy necesarias viviendas multifamiliares y unifamiliares. Irónicamente, sin embargo, hay pocos lugares para que los nuevos trabajadores puedan vivir y los lugares que están disponibles son muy caros.
Uno de los pocos lugares disponibles ahora mismo es un departamento de 106 metros cuadrados que cuesta 3,200 dólares al mes. Eso entre tres y cuatro veces la tarifa que cobran los caseros fuera de zona petrolera del estado.
Este alto costo de vida significa que los constructores de casas tienen que pagar salarios más altos y cobrar más por sus viviendas. Y la caza constante de trabajadores significa que los proyectos tardan más. “Hay que trabajar a un ritmo más lento de lo que uno quisiera”, dijo Meltzer.
El equipo de construcción de Eddy Mitzel edifica en las ciudades de Bismarck, Mandan y Dickinson de Dakota del Norte, a más de hora y media Williston; pero aun así es difícil para él encontrar personal.
“Estoy trayendo trabajadores de otras partes del país donde la economía aún no se ha recuperado”, dijo.
“El problema es que a medida que la economía se recupere, este recurso se agotará. Necesitamos subcontratistas experimentados en concreto, pintores, instaladores y recubridores de tablaroca”.
En Colorado Springs y Fort Collins, cerca de auge petrolero de Colorado, el constructor Marc Towne ha tenido que ponerse creativo para hacer frente a la escasez de mano de obra. Él programa sus tiempos de manera distinta para poder prometer un trabajo más estable a sus empleados, y utiliza productos que requieren mano de obra menos cualificada. Para enmarcar una casa, por ejemplo, compra madera precortada, ajustada y etiquetada en fábrica.
A medida que el precio del petróleo cae, estos constructores esperan que sus problemas de contratación se alivien.
Pero hay otra amenaza en camino: se están abriendo nuevos yacimientos de petróleo al sur de la frontera.
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El Gobierno mexicano recientemente puso fin a su monopolio estatal de 76 años al permitir la inversión privada y extranjera en sus reservas de petróleo y gas. Se calcula que hay cerca de 27,000 millones de barriles de petróleo debajo del Golfo de México solamente.
“México es de donde proviene una gran parte de nuestra mano de obra”, dijo el constructor de viviendas de Dallas Michael Turner.