Ahorrar energía sin comprometer la calidad de luz
Para un mejor aprovechamiento de la energía que pueden generar los nuevos sistemas de iluminación, el usuario debe considerar los lúmenes antes que la cantidad de watts, dado que éstos solo determinan la energía de consumo y no la cantidad de iluminación.
En un comunicado con motivo del Día Internacional de la Tierra, General Electric (GE) refrendó su compromiso de "ver más allá por la tierra" al promover el ahorro de energía sin comprometer la calidad de la luz.
La firma señala la importancia de cambiar la idea de que los watts son los que determinan la eficiencia de iluminación de un foco, debido a que éstos sólo indican cuánta energía consume una lámpara y no el brillo que ésta emite.
Señala que conforme mejoró la eficiencia de las fuentes de luz también surgió una nueva manera de medir la capacidad de iluminación y ésta es a través de los lúmenes, que es la unidad de medida que describe la cantidad de luz o brillo que percibe el ojo humano.
Expone que los lúmenes -que es una unidad del Sistema Internacional de Medidas que se utiliza para calcular el flujo luminoso- se pueden interpretar como una medida de la "cantidad" total de luz visible en un ángulo determinado o emitida por una fuente dada.
Dicha unidad de medida se puede usar para comparar el brillo de cualquier fuente de luz sin importar la tecnología que emplea, es decir, incandescente, fluorescente o LED.
De esta manera, cuantos más lúmenes se tengan mayor será el brillo que emita la lámpara y el nivel de luminosidad del ambiente.
Ejemplifica que un foco incandescente estándar de 60 watts, una lámpara fluorescente de 15 watts y una con tecnología LED de 12 watts pueden producir, cada una, 800 lúmenes.
Con lo anterior, los usuarios pueden determinar qué tipo de iluminación es la más adecuada a sus necesidades al considerar la cantidad de luz que requieren, por lo que podrán optar entre la tecnología LED y la fluoroluminiscente.
Así, las personas deben tomar en cuenta la duración y vida útil de cada tecnología y los sistemas de iluminación LED tienen una duración de hasta 25 mil horas o más, lo que disminuye la frecuencia con la que las fuentes de luz son reemplazadas.
La empresa recomienda también estimar la temperatura del color de luz que se mide en grados Kelvin y explica que entre más alto sea el valor de la temperatura lumínica la luz se verá más fría o blanca, en tanto que si este valor es más bajo, el sistema de iluminación emitirá tonos cálidos o amarillos.
Por lo anterior, GE sugiere usar las luces blancas para iluminar cocinas o estudios en donde se requiere más luz para trabajar, mientras que los tonos cálidos y amarillos son recomendables para recámaras y salas donde se necesita de un ambiente de confort.