Gobierno, clave para impulsar mipymes
El papel del gobierno es fundamental para elevar la competitividad de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), y debe ir más allá de la sobrerregulación de las importaciones. El reto es generar una política industrial que permita a las empresas competir tanto a nivel local como en mercados internacionales.
El eje transversal de esta política debe ser el encadenamiento estratégico, lo cual debe ir acompañado de impulso a la innovación, financiamiento, compras de gobierno y fomento a la exportación, coincidieron Hugo Beteta, director de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y Maritza Rosales, directora de pymes en ARegional.
Beteta citó el ejemplo de un gobierno sudamericano que quería desarrollar la cadena madera-muebles, la cual involucraba a miles de mipymes. La estrategia inicial fue dar contratos públicos para amueblar las escuelas, pero en el camino se vio que las empresas tenían diversas deficiencias.
Se conectó a las mipymes con los muebleros exportadores y se detectó que uno de los principales retos era mejorar los procesos e incrementar la calidad de los insumos.
Entonces el gobierno gestionó para que un fabricante italiano de barnices llegara al país (lo cual a su vez trajo un beneficio adicional en inversión y creación e empleo) y brindara capacitación a los muebleros en el uso de los productos.
Paralelamente se apoyó a las mipymes para acceder a financiamiento e invertir en maquinaria nueva. Finalmente, la cadena terminó exportando a Italia.
“En este ejemplo destaca el rol público, el gobierno no pensó en subir los aranceles para limitar la importación, sino que impulsó la competitividad de las empresas”, comentó Beteta. Y eso es lo que debe hacer el gobierno mexicano.
Dos sexenios fallidos
En 2002 se publicó la Ley para el desarrollo de la competitividad de la mipyme, la cual colocó a la Secretaría de Economía (SE) como el organismo coordinador, y en ocasiones ejecutor, de programas y proyectos enfocados a fomentar la creación de empresas y apoyarlas en su viabilidad, productividad, competencia y sustentabilidad.
La SE era la encargada de coordinar a otros organismos como NAFIN, Bancomext, Focir, Fira y Conacyt, entre otros, sin embargo, la falta de coordinación entre los otros organismos involucrados, así como la desvinculación de los diversos programas y apoyos limitó los resultados.
El fondo pyme, por ejemplo, se diluyó en garantías a los bancos, la realización de ferias que poco aportaron a la competitividad de las empresas e incluso llegó a trasnacionales.
De los 6,000 millones de pesos (mdp) anuales que se destinaron a fondo pyme durante el sexenio calderonista, 40% iba a garantías, 7% se gastó en ferias y eventos promocionales, y 13% se dio a grandes empresas trasnacionales so pretexto de proyectos de encadenamiento productivo, dijo Flavia Rodríguez, subdirectora general técnica de ARegional.
Los programas de Conacyt enfocados a fomentar la innovación dentro de las mipymes, como Innovapyme o Proinnova, también fueron insuficientes. Actualmente solo 1% de la patentes que se solicitan en México provienen de mipymes, mientras que en otros países como China representan 66%, comentó Anne Croguennec, analista de AReginal.
El turno de Peña Nieto
Rodríguez hizo un llamado al nuevo gobierno para no incurrir en los mismos errores de los sexenios anteriores y diseñar una estrategia integral para incrementar la competitividad de las mipymes.
La actual administración, a cargo de Enrique Peña Nieto, ya ha reajustado algunas estrategias, al menos en el discurso. Por ejemplo, en el caso del fondo pyme, se buscará que los recursos bajen a las empresas sin necesidad de organismos intermediarios (como cámaras empresariales).
“Hasta el momento se trata de cambios en la forma, falta ver si eso se va a traducir en un cambio de fondo”, dijo Rosales.
