Las vacunas para trabajar en la industria
La vacunación en la población trabajadora es la estrategia más efectiva para la prevención primaria de enfermedades infecciosas asociadas a actividades profesionales, describe la Guía de Vacunación en el Medio Laboral de España.
En el caso de México, está estrategia se ha focalizado principalmente en los trabajadores del sector salud, impulsados por los comités: Asesor sobre Prácticas de Inmunización y Asesor sobre Prácticas de Control de Infecciones en los cuidados de salud.
Sin embargo, muchas empresas han desarrollado campañas de vacunación focalizadas, de acuerdo con los riesgos de sus trabajadores como parte de sus estrategias de prevención y seguridad laboral.
De acuerdo a la guía española, las principales enfermedades que pueden prevenir por esta vía es el tétano, sarampión, rubéola, parotiditis, influenza, y hepatitis A y B.
La vacuna contra el tétanos se recomienda para todas las personas en edad laboral y especialmente para: trabajadores en contacto con animales y tierra; quienes tienen contacto con aguas residuales y basura.
Personas susceptibles de producirse heridas con frecuencia, como mineros, bomberos, policías, y profesionales de la salud; mujeres embarazadas y para viajeros que van a zonas endémicas como el Este de Europa, África y Asia.
Las vacunas contra sarampión, rubéola y parotiditis son altamente encomendadas para todos los empleados del sector salud, cuyo riesgo es 13 veces mayor respecto a la población en general; trabajadores del sector educativo principalmente de los niveles medio y superior.
Se propone la aplicación de la vacuna contra la influenza para todos los sectores que tienen alta interacción con otras personas como: enfermeras, médicos, personal de limpieza, de cárceles, seguridad pública, guarderías y residencias geriátricas.
Mujeres embarazadas en el 2º-3º trimestre de embarazo, personas con enfermedades crónicas del aparato respiratorio y/o circulatorio.
Para combatir la hepatitis A, se recomienda su aplicación para trabajadores que viajen constantemente fuera de su país; personas hemofílicas, personal del ejército, sector salud y laboratorios, y quienes manipulan alimentos, depuradoras y aguas residuales.
En el caso de la hepatitis B los trabajadores con mayor riesgo se ubica el personal de salud, especialmente de las áreas de trasplantes y hemodiálisis; junto con personal de seguridad, protección civil y actividades forenses.; trabajadores de limpieza, profesores, encargadotes de guarderías.