Sector energético le copia esquema al automotriz
Si prospera la propuesta de Reforma Energética que abandera Enrique Peña Nieto, se podría generar un nuevo esquema operativo, que según especialistas, sería similar al de la industria automotriz, donde las empresas mexicanas tendrían un rol parecido al de los proveedores nivel 2 y 3.
En el corto plazo las pymes mexicanas difícilmente podrían emprender proyectos de exploración en yacimientos de aguas profundas, debido a que estos requieren millonarias inversiones en tecnología, mano de obra calificada y experiencia en la materia; la oportunidad más bien estaría en insertarse como proveedores a lo largo de toda la cadena de valor, consideró Arturo Saavedra, especialista en el sector energético de la consultora KPMG.
Similar a lo que ocurre en la industria automotriz, donde las pymes mexicanas no ensamblan los autos ni producen el grueso de los componentes finales –esto último lo hacen las Tier 1 trasnacionales-, en el sector energético las pequeñas y medianas empresas podrían desarrollar y proveer servicios y productos tan específicos como una válvula, un herramental o alguna parte metalmecánica, detalló Saavedra.
Para favorecer el encadenamiento productivo de las pymes mexicanas en el sector energético sería importante mantener, e incluso incrementar, el contenido nacional en los bienes y servicios que pudieran ofrecer los contratistas a los nuevos jugadores, consideró Benjamín Torres-Barrón, consultor especializado en energía de la firma Baker & McKenzie.
En Ley de Pemex actualmente se establece que los contratistas deben acreditar un mínimo de 25% de contenido nacional –ya sea de mano de obra o insumos- en los productos y servicios que ofertan a la paraestatal. Incluso, las propuestas que superan este porcentaje tienen preferencia.
De alguna forma esta medida ha favorecido que los proveedores transnacionales del sector energético -como la suiza-sueca ABB, la francesa Schneider, y las estadounidenses Eaton y General Electric- tengan producción en México y una amplia cartera de proveedores mexicanos.
Eaton, por ejemplo, tiene 25 fabricas en el país y una base de proveedores mexicanos que incluso han desarrollado soluciones especiales para sus productos, comentó Andrea Pérez de Ramer, directora de mercadotecnia y comunicación de la división de calidad de energía para México, región Latinoamerica y el Caribe de la compañía.
Si se abren las actividades de exploración y explotación de yacimientos petroleros, así como la generación y distribución de electricidad –actividades hasta ahora dominadas por Pemex y CFE, respectivamente- los nuevos jugadores que pudieran entrar seguramente demandarán productos y servicios.
Para Eaton, esto significaría una expansión en sus operaciones en México, nuevas inversiones, generación de nuevos empleos y mayor trabajo con proveedores. Ahí está la oportunidad para las pymes mexicanas.
La iniciativa de Reforma Energética presentada por Peña Nieto plantea modificar los artículos constitucionales 27 y 28 para permitir la colaboración de la iniciativa privada en las actividades de exploración y extracción a través de contratos de utilidad compartida, así como la participación de terceros en toda la cadena de valor de los hidrocarburos a través de permisos expresamente otorgados por el Gobierno Federal.