Recomiendan etiquetado tipo semáforo para alimentos
La contrapropuesta de asociaciones civiles, frente al etiquetado frontal propuesto por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para alimentos y bebidas, es utilizar una etiqueta tipo ‘semáforo’, como la que acaba de ser aprobada en Ecuador.
El concepto contempla colocar barras de colores —verde, amarillo o rojo— al frente de los productos, como una advertencia sobre la alta o baja concentración de calorías, grasas, grasas transgénicas, azúcar y sal presentes en los alimentos procesados. Dependiendo del color, el consumidor decidirá si adquiere o no la mercancía.
Alejandro Calvillo, director de El poder del consumidor, opina que este tipo de etiquetado es entendible, sin embargo, en el caso de México, la autoridad ha impuesto un modelo desarrollado por la industria, el cual no es comprensible por los consumidores mexicanos.
Parte de la crítica, es que el nuevo etiquetado establece la referencia al consumo diario de 90 gramos de azúcar, equivalente a 18 cucharadas cafeteras, cuando la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es un máximo tolerable de 10 cucharadas cafeteras.
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Posibles afectaciones a la industria
En contraste, y para otros especialistas, la etiqueta tipo semáforo “no funcionaría, ya que ofrece información parcial”, “le quitaría a la gente la posibilidad de tomar decisiones bajo su propio criterio”, y hay quien la ve como una abierta afrenta para la industria.
Luis Dueñas, presidente de la Asociación Mexicana de Envase y Embalaje (AMEE), comenta que “la etiqueta de semáforo hundiría a la industria, pues muchos productos no saldrían del anaquel. Además, sería difícil decidir los rangos para ponerle a un producto amarillo, verde o rojo, ¿cómo se evaluaría?”.
El industrial dice que, si bien el sector apoya la medida “porque es necesaria”, debe haber un trabajo exhaustivo de homologación entre la NOM 051 —que es la que ha llevado hasta el momento la batuta en cuanto a qué tipo de información y a qué nivel de detalle se pone en las etiquetas—, y la ley general de salud en materia de etiquetado de la Cofepris.
“Porque si hay errores en su desarrollo, se provocaría un problema económico para el sector, puesto que implicaría volver a invertir”, señala el ingeniero.
La opinión en general es que, más allá de ver la solución en el etiquetado, es vital seguir estimulando la cultura de la nutrición en la población, así como el cambio en los hábitos de consumo.