Camino a lo 'smart': electrodomésticos inteligentes
Una pantalla táctil de 19 pulgadas resalta en la vista frontal del Smart InstaView, el refrigerador inteligente de LG. Dos toques habilitan una apariencia traslúcida que emula una ventana con vista al interior del equipo, de tal forma que el usuario puede ver la calidad de los alimentos y evaluar si tiene los suficientes.
El equipo tiene integrado el sistema inteligente de voz de Amazon, Alexa, con lo que el usuario puede buscar recetas, reproducir música y realizar el supermercado, incluso de forma remota en su dispositivo móvil y gracias a la cámara panorámica de 2.0 megapixeles que está en el interior.
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“El display funciona como pizarrón virtual donde puedes registrar la fecha y calidad de los alimentos que recién llegan, lo que facilita el seguimiento de la comida para ver la que ya está pasada o si necesitas más verdura”, comenta Daniel Aguilar, jefe de comunicación corporativa de LG. De momento, el usuario puede ordenar el súper a través de Alexa, sólo en Estados Unidos: “a la fecha no hay ningún país de Latinoamérica que tenga este modelo disponible”.
La producción masiva del Smart InstaView está en la planta matriz de LG en Corea del Sur, pero podría estar en cualquier otra fábrica de la compañía, incluso en la de Apodaca, Nuevo León, entidad que aporta 40% de la producción nacional de aparatos para el hogar, según Eduardo Elizondo, presidente del Clúster de Electrodomésticos (CLELAC).
Entre 85% y 90% de la producción estatal se exporta, principalmente a Estados Unidos. La proporción es similar en la planta de LG, donde fabrica refrigeradores. “Más de 80% de lo que producimos es de exportación, principalmente Estados Unidos y Canadá, pero también a Centro y Sudamérica y Oceanía”, cuenta Aguilar.
El potencial del norte
A nivel global, el mercado de electrodomésticos para cocina inteligentes –que incluye refrigeradores, lavatrastes y estufas, entre otros– valdrá unos 32,480 millones de dólares (mdd) hacia 2025, según estima un reporte de Adroit Market Research. La consultora estadounidense prevé que los refrigeradores tendrán 35% del mercado y la región de Norteamérica será la más competitiva.
La ubicación geográfica y experiencia en aplicaciones para refrigeración industrial juegan a favor de la entidad norteña para albergar la producción de bienes inteligentes. Xavier Casas, director general de Danfoss, fabricante danés de soluciones para refrigeración industrial como supermercados y tiendas de conveniencia, comenta que el segmento ha aprovechado las nuevas tecnologías para crear plataformas que detecten –gracias a sensores en los equipos– problemas en tiempo real y facilite la interpretación de la causa por parte del personal de mantenimiento.
Reconoce que si bien es algo que la industria ya trabaja desde años atrás, la novedad es que toda la información ahora “la puedes trabajar desde la nube”. Eso hace más fácil la visualización de cómo operan los equipos de refrigeración en general”.
Desde hace unos años, Criotec, fabricante nacional de equipos de refrigeración comercial, aprovecha la conectividad vía bluetooth para recabar información generada por controladores inteligentes en equipos, los cuales son usados por refresqueras y embotelladoras y compañías cerveceras como Heineken para mantener fríos sus productos en los puntos de venta.
Los controladores recaban los datos relacionados a voltajes de entrada y temperatura, por ejemplo. “Los equipos tienen, además, una lógica de programación que les permite ahorrar energía”, menciona Javier Arias, director de Desarrollo de Producto de Criotec. El siguiente paso, dice, es omitir la necesidad de que alguien –ya sea el técnico o el comerciante o tenedor del equipo– tenga que vincular su dispositivo móvil vía bluetooth para subir la información a la nube, desde donde personal de Criotec la analiza para mantenimiento preventivo.
El proveedor clave
Criotec y Danfoss producen en Nuevo León equipos de refrigeración conectados, con una mezcla de componentes de importación. La firma mexicana, por ejemplo, importa algunos de sus controladores de Wellington, en Nueva Zelanda, y de Reino Unido. “Algunos componentes vienen de Europa y otra parte es regional, ya sea México o América”, añade Xavier Casas, de Danfoss. Considera que habilitar la manufactura local de bienes inteligentes para uso doméstico o industrial va más allá de las partes a ensamblar.
“No creo que sea tanto un tema de proveeduría local porque no hay quien le gane a los chinos en el tema electrónico”, coincide Arias, de Criotec. Sea un controlador importado o nacional, lo relevante, dice, es la oferta que le puedas dar a los clientes. Paulo César Hernández, gerente de Investigación y Desarrollo de Mabe México, comparte en que los componentes electrónicos que habilitan el internet de las cosas (IoT) son normalmente de origen asiático: capacitores, resistencias, microcontroladores y demás. “Son componentes cuya manufactura no encontramos en México”.
Hernández labora en el Centro de Tecnología y Proyectos (TyP) de Mabe en Querétaro, y confirma a Manu- factura que el fabricante mexicano de electrodomésticos y línea blanca trabaja para desarrollar productos que se puedan conectar vía internet con el usuario. “La solución que planeamos será con base en esos productos que el usuario podrá tener en su cocina y las herramientas para facilitarles la vida como puede ser una aplicación móvil”, menciona. Alexander Atzberger, presidente global de SAP Custo- mer Experience, reconoce que los fabricantes de electrodomésticos en México, como en otros países, enfrentan el reto de integrar más tecnología en sus productos; sin embargo, al introducir componentes electrónicos de última generación en lavadoras y refrigeradores, abre camino a nuevos servicios y negocios, desde pedir el supermercado de forma remota hasta la comunicación entre aparatos para automatizar la temperatura a la que debes cocinar algún alimento que va saliendo del refrigerador.
“A lo mejor queremos que tenga un termómetro y que se comunique con la estufa, para que la estufa se adapte al calor que se necesita para cocinar el alimento. Ese es un servicio que viene de la digitalización del refrigerador”, expone. Hernández, de Mabe, aún ve lejano un escenario que permita tener ecosistemas de electrodomésticos conectados, incluyendo los pedidos de supermercado a través de un refrigerador. Esto porque en México, a diferencia de otros países, hay un involucramiento de otros sectores que van más allá de los fabricantes; como los retailers y el fortalecimiento de la confianza en el e-commerce.
“Ya varias tiendas están entrando con el esquema de servicio (pick UP) o servicio a domicilio; pero no es algo que como mexicanos estemos haciendo”, menciona.
Daniel Aguilar, de LG, coincide al señalar que uno de los motivos por los que el refrigerador inteligente de la compañía no está disponible en México es porque no hay un habilitador del servicio como Alexa en Estados Unidos. “Necesitaríamos un integrador como Walmart o algún otro supermercado que pueda dar el servicio; pero el refrigerador ya existe, salió hace casi dos años”, dice.
El vocero de LG agrega que tener una demanda justificaría una eventual producción de este ese refrigerador en la planta de Apodaca, por ejemplo, “pero aún así se requeriría al integrador (el supermercado). De lo contrario no tendría sentido”. Hernández, de Mabe, sostiene que mientras en México no exista una fuerte adopción de soluciones digitales por parte de los usuarios, la producción de estos electrodomésticos inteligentes en México “no va a moverse rápido”.
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