Campeón en la fabricación de infraestructura de telecomunicaciones, el grupo chino Huawei intriga tanto como preocupa en todo el mundo, en un momento en el que el despliegue de la 5G está reavivando las preguntas sobre la seguridad de la red.
¿Qué es la 5G?
La 5G, o quinta generación de estándares de red móvil, es la nueva versión de todas las tecnologías móviles cuyo despliegue se acelerará a partir de este año.
Se trata de un conjunto de protocolos y métodos de transmisión de información que, en teoría deberían ofrecer a la vez velocidad, un corto tiempo de respuesta y una enorme capacidad. En este sentido, el 5G es una mejora de las capacidades técnicas que ofrece el 4G.
Pero también es una nueva etapa en las prácticas de comunicación. La primera generación permitió hacer llamadas, la 2G añadir texto, la 3G empezar a enviar imágenes y la 4G desarrollar el uso de internet móvil y vídeo. La 5G servirá para conectar todo lo que actualmente no está conectado, principalmente objetos, en industrias, ciudades o en el ámbito de la salud.
Huawei ha invertido fuertemente en la 5G para obtener una ventaja sobre sus competidores, la sueca Ericsson, la finlandesa Nokia y la surcoreana Samsung. El grupo chino es considerado por la mayoría de los operadores como el más avanzado en esta tecnología.
¿Qué reprocha EU al grupo chino?
Las acusaciones de Estados Unidos contra Huawei son múltiples. Van desde el incumplimiento del embargo contra Irán hasta acusaciones de espionaje industrial y robo de tecnología, todo ello con el telón de fondo de un pulso tecnológico y comercial entre Washington y Pekín.
Pero para Estados Unidos, el principal riesgo es que la 5G se convierta en un gran problema de ciberseguridad, tanto por el papel crucial que desempeñará, como por su propia estructura, más descentralizada.
Los servicios de inteligencia estadounidenses temen que Huawei permita a las autoridades chinas utilizar sus equipos para controlar las comunicaciones y el tráfico de datos en países occidentales.
El grupo chino refuta constantemente estas acusaciones, asegurando que rechazaría cualquier solicitud de este tipo de la inteligencia china.
Sin embargo, el argumento ha convencido a varios socios de Estados Unidos. Australia y Japón decidieron prohibir Huawei en sus territorios. Nueva Zelanda tomó inicialmente la misma elección, antes de dar marcha atrás.
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Europa más flexible
La posición europea oscila entre el deseo de no ofender al aliado estadounidense y el temor a quedarse atrás cuando el despliegue de la tecnología ya está muy avanzado en Asia, especialmente en Corea del Sur y China.
En los distintos países, las posiciones son diversas.
El Reino Unido dio el martes luz verde para que "proveedores de alto riesgo" como Huawei participen de forma limitada en el desarrollo de la 5G pero limitándolos a las infraestructura menos sensibles.
Y el comisario europeo de Industria, Thierry Breton, aseguró que la Comisión Europea no excluirá en principio al fabricante chino del desarrollo de la red 5G en el bloque, pero sí fijará límites.
"No se trata de discriminar, se trata simplemente de fijar reglas. Serán estrictas, exigentes y, evidentemente, acogeremos en Europa a todos los operadores que quieran aplicarlas", declaró ante los eurodiputados.
En España, Italia, Polonia y Grecia los operadores ya están planeando utilizar Huawei junto a sus competidores, Ericsson y Nokia.
Alemania, a pesar de la presión de Estados Unidos, no está por el momento pensando prohibir Huawei, que ya equipa en gran medida a los operadores para sus redes 4G.
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En Francia, donde una ley prevé reforzar el control de los equipos de red antes de su instalación con el fin de garantizar su seguridad, se espera que el gobierno haga sus primeros arbitrajes sobre el grupo chino a mediados de febrero.
En total, más de la mitad de los 65 contratos suscritos por Huawei con operadores de equipos 5G se han firmado con empresas europeas.