Estacionamientos entorpecen logística urbana
La congestión de las grandes metrópolis como el DF no se resuelve con un mayor número de estacionamientos. Al contrario, entre más estacionamientos hay, más incentivos tienen los ciudadanos para utilizar el coche. A la par, crece la ‘micro-congestión’ que genera cuellos de botella al interior de las calles, movilidad lenta y retraso en la logística de transporte de carga.
En el documento ‘Menos cajones más ciudad’, el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP) analiza el impacto de los estacionamientos sobre la movilidad de las personas y demuestra sus efectos negativos sobre la competitividad de las ciudades. “Los estacionamientos no disminuyen el tráfico ni mitigan con índices de contaminación”, señaló Andrés Sañudo Gavaldón, coordinador de la investigación.
En el DF, hay más cajones de estacionamiento que número de coches, pero es tal la dependencia de los ciudadanos de viajar en auto propio, que de cada tres veces que se usa, en dos termina en un estacionamiento, lo que a su vez genera tráfico y casi duplica la duración de las ‘horas pico’, que de acuerdo al estudio ha pasado de 2.20 horas a casi cuatro.
EcoPark, movilidad planeada
En 2012, el DF comenzó a atacar los problemas de estacionamiento en vía pública mediante ecoParq, sistema de control y cobro del estacionamiento en la calle. Dos años después el sistema demuestra que la saturación de la vía pública es un problema de demanda y no de oferta insuficiente de cajones.
“Moverse en coche exige planeación”, acotó Salvador Herrera Montes, director general de Urbanística, tras ejemplificar el ‘Estadio Azul’, ubicado en la colonia Del Valle, que no tiene estacionamiento y sin embargo, generalmente está lleno.
Estudios realizados por Hermann Knoflacher de la Universidad Tecnológica de Viena, muestran que el estacionamiento en los edificios dificulta la captura de usuarios de transporte público, “por lo que zonas con estaciones de Metro o Metrobús deben minimizar la cantidad de estacionamientos”, señaló Sañudo Gavaldón.
El estudio de ITDP muestra que el espacio destinado a los estacionamientos en las 16 delegaciones es 2.9 veces el área de terreno. En Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Cuauhtémoc y Álvaro Obregón se privilegia el resguardo de vehículos privados, lo que provoca congestión y se limita el uso de transporte público como complemento de los objetivos de densificación de la Ciudad.
“El desarrollo urbano no debería limitarse a la cantidad de estacionamiento que provee, sino a la capacidad de absorción de viajes en los sistemas de transporte público”, precisó Sañudo Gavaldón de ITDP.
Micro congestión, abuso de unos cuantos
Rodrigo Díaz, director de Investigación y Desarrollo CTSEmbarq, calificó la micro-congestión como el tráfico que provocan unos cuantos en perjuicio de todos. Se produce a la entrada y salida de estacionamientos, donde se apilan autos sin circulación interior y eso implica que para sacar o meter un coche, otros se estacionan en doble fila y se obstaculice el libre flujo de peatones, bicicletas y se entorpezca la movilidad de la zona.
“Este efecto hormiga de congestión que genera muchas emisiones contaminantes y alarga el tiempo de los recorridos”, asentó el especialista de CTSEmbarq, tras agregar la micro-congestión que provocan los valet parking ya que muchos estacionamientos ni siquiera cuentan con rampas adecuadas para el continuo movimiento de unidades.
“Si se acaba con la certeza de que habrá estacionamiento disminuirá el uso del automóvil”, enfatizó Díaz, tras ejemplificar Nueva York, como una ciudad en la que tener coche es un error.
Herrera Montes, de Urbanística, señaló que para disminuir el tráfico se necesita trabajar la planeación de las ciudades a nivel de manzanas y no de predios.
De esta manera, los problemas de movilidad comenzarán a resolverse cuando la ubicación de estacionamientos sea en lugares estratégicos, incluso, tomando en cuenta el tamaño de los vehículos que accedan a cada zona.
Los entrevistados hicieron un llamado a las autoridades sobre la necesidad de considerar a los estacionamientos como ‘herramienta de movilidad’ y no como ‘motor de tráfico’.
